Revista Cultura y Ocio

'Negros literarios' y escritores por encargo

Publicado el 02 febrero 2010 por Martikka

 

Roland Barthes (teórico literario) afirma que no encuentra especial placer en escribir sin más, sino que prefiere escribir por encargo. Dice que por lo menos, al escribir por encargo uno se siente como un artesano de la escritura pero no como un parásito o como una araña que tejiera su tela verbal con una mezcla de sus desechos y los de las presas que devora.
Ser escritor por encargo no es lo mismo que ser "negro literario". Veamos quienes
han trabajado como "negros" literarios:
Paul Auster
Sánchez Piñol
José Luis Coll (de un famoso periodista)
Álejandro Sawa (de Ruben Darío)
Andrés Trapiello
Santiago Rocangliolo
Antoine de Saint-Exupery (El principito fue escrito por encargo dos años antes de morir)
En sus Memorias prohibidas, el escritor Cándido narra cómo trabajó como "negro" literario en 1956 por 25.000 pesetas. Tenía que redactar trescientos folios para veinte biografías bajo el título de Los mártires de la Iglesia y el subtítulo Testigos de su fe que habían muerto asesinados durante la Guerra Civil; el encargo era tan urgente que debía estar concluido en un mes e iría firmado por fray Justo Pérez de Urbel, abad del Monasterio del Valle de los Caídos, que cobró 40.000 duros de entonces (200.000 pesetas); las prisas hicieron que Cándido se inventase muchos de esos heroicos mártires de la fe para ir más rápido; el beneficiario nunca le dio las gracias ni se molestó en verificar la obra.
Dice Cándido:
Las trescientas setenta páginas fueron una mezcla de invención y de plagio. (...) Inventé demencias y profanaciones y sentí piedad por los humildes. (...) Plagié bastante, como digo. Entre otros libros, Checas de Madrid, de Tomás Borrás, del que hurté muchas páginas. (...) Un día me acerqué a él y le dije: "Oiga Borrás, le he copiado treinta o cuarenta páginas de Checas de Madrid, puede llevarme a la cárcel, pedirme cien millones de indemnización o llevar a la cárcel a fray Justo Pérez de Urbel, que es el que firma el libro que yo he escrito.

Cuenta la leyenda que Alejandro Dumas se puso muy triste cuando su "negro" murió debido a la cantidad de trabajos pendientes que tenía que entregar. Pero en el entierro del primer "negro" apareció el "negro del negro" que podía seguir haciéndose cargo de las tareas...con lo que Dumas quedaría satisfecho.
Se rumorea que en nuestro días, César Vidal también está rodeado de negros y de "negros de negros"...
y Fernando Sánchez Dragó confesó haber solicitado los servicios de uno.

 

Este post viene a colación de mi próxima incorporación a trabajar como escritora por encargo, que no negra, puesto que el encargo retribuído comporta mi inclusión como autora. Normalmente, los negros ceden sus derechos de autor al encargante (cosa ilegal aunque de práctica habitual), pero no será este mi caso. Será la primera vez que afronte un trabajo así, pero a falta de un trabajo remunerado que escasea en nuestros días, he considerado aceptar la oportunidad que se me brindaba haciendo algo que sé hacer medianamente bien y disfruto con ello. El trabajo consiste en la redacción de unas memorias noveladas con tema social y político de fondo. El aspecto novelístico corre de mi cuenta y eso me da bastante libertad, siempre centrada en el tema, por supuesto.
Al parecer, en una tumba egipcia se encontró este epitafio:“¡Pon tu corazón en los textos!”. Es un lema a seguir tanto para los textos propios como para los encargos ajenos, a los que después de todo, hemos de poner todo de nuestra parte para hacer un trabajo digno y más aún si nuestro nombre aparece como autor.
Naturalmente, seguiré escribiendo los textos que provienen exclusivamente de mi imaginación, puesto que después de terminar LHDE (ya registrada y enviada a un par de editoriales) quiero seguir con dos novelas que tenía comenzadas (una fantástica, corta, ; y una realista tampoco muy extensa -no más allá de 150 páginas, pues no todo van a ser las 658 que tiene LHDE(!)). De ésta creo que ya os dije que tengo previstas una secuela y una precuela, y aún a al espera de saber cuál de las dos me motiva más, emprenderé el camino de la documentación durante este año, para comenzar con la redacción el año próximo.)
Para acabar con la retahíla de mis proyectos (gracias por estar ahí y escuchar, compañeros), os dejo con éstas palabras de Adolfo Bioy Casares:
Pienso que escribir es una profesión aunque el prójimo no lo crea. Para mí fue siempre una profesión. Es, además, lo que he estado haciendo a lo largo de la vida.

Escribir por encargo es una forma, no la única, de escribir profesionalmente. Por si alguien piensa que escribir por encargo es, de un modo inevitable, algo indigno, recordaré que el Doctor Johnson, uno de los críticos de los escritores más extraordinarios, dijo en una oportunidad "Sólo un badulaque escribe por placer". Él escribía por necesidad, por dinero, y lo hacía admirablemente.
En principio no veo nada objetable en que un editor encargue una biografía para su colección de biografías o una novela para su colección de novelas. Hay buenos escritores indolentes que sin la compulsión del encargo dejarían muy poca obra. Quizá Johnson fuera uno de ellos. No voy a negar que a veces el pedido de escribir por encargo irrita al escritor. Por ejemplo, cuando le llega a uno estando desbordado por el trabajo; o cuando le piden algo ajeno a sus gustos o preocupaciones, como que escriba el libreto para una ópera a un escritor a quien las óperas no gustan. Cuando Lord Byron escribía "Don Juan", su editor, que no aprobaba ese poema, le propuso que escribiera un largo poema épico. "Odio hacer deberes", replicó Byron, y rechazó la propuesta.
Se empieza a escribir porque se tienen ganas y posibilidades de hacerlo, pero es una verdad que pensamos con particular convicción después del Romanticismo. Los escritores que escribieron para ganarse la vida, y que escribieron bien, son innumerables. Yo veo en ello una prueba de que la inteligencia escapa a las circunstancias y, en definitiva, se impone.
Como curiosidad, os dejo el tráiler de la última película de Roman Polanski, Ghost Writer, acerca de un hombre que acepta terminar las memorias del primer ministro británico, inacabadas tras la misteriosa muerte de un primer escritor. La vida del protagonista correrá peligro cuando descubra importantes secretos, los mismos que pudieron acabar con la vida de su predecesor.

Para saber más: El escritor como autor de encargo.


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LOS COMENTARIOS (2)

Por  marina_rusa
publicado el 24 diciembre a las 16:07
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busco un escritor por encargo

Por   Crisac
publicado el 02 febrero a las 16:19
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Interesantísimo artículo Martika. Me parece una profesión muy digna ser "escritor por encargo", eso sí, tendría que salir a la superficie y ser normalizada para que el público supiéramos a qué nos atenemos cuando escogemos nuestras lecturas.