Pero hace no tantas décadas, hacer un disco como este no era sencillo.
Cintas de bobina, acelerar y retrasar la voz casi de manera artesanal llevaba su tiempo y tenía que contar con la capacidad del músico para tener una precisión milimétrica que llevaba mucho tiempo.
La importancia de Neo Zelanda en la música electrónica y experimental es más que sabida y reconocida a nivel mundial.
Paso Hambre no es sólo una maravillosa locura, de las que antes se podían plasmar en vinilo y comercializar, impensable ahora, sino que además de los logros en el campo del estudio de grabación, se suma para mi como un tema sólo con voz puede sonar desgarrador, triste y angustioso.
Frances Básico sigue en la línea de manipulación de voz.
Editado en el 83 por el sello Auxilio de Cientos sigue siendo de esas obras maestras.