Revista Arquitectura

Network Thinking | investigando nuevas metodologías de diseño y aprendizaje

Por Ecosistemaurbano

Sumergidos como estamos en plena recta final de dreamhamar, nos ha parecido interesante recuperar hoy un artículo publicado en mayo por Francesco Cingolani en La Ciudad Viva y que resume algunas de las ideas que venimos manejando en este proyecto desde entonces. Ahora, meses después, hemos podido constatar los aciertos —y las dificultades— de este enfoque, y en unas semanas comenzaremos a publicar nuestras experiencias y conclusiones. Mientras tanto, os dejamos con una pequeña vuelta a los orígenes:

Network design

Creative Network por Amber Case – flickr

“Learning is not a product of schooling but the lifelong attempt to acquire it.” – Albert Einstein

Llevamos unos meses desarrollando en Ecosistema Urbano un proyecto de educación expandida del cual algunos de vosotros seguramente habréis oído hablar y que, en las últimas semanas, ha generado una serie de reflexiones que queremos compartir con vosotros.

El proyecto en cuestión se llama Urban Social Design Experience (USDE) y hemos presentado la primera sesión (que ha terminado hace poco) en forma de cursos (experiences) que presentan enfoques y líneas de trabajo innovadoras en el campo de la gestión y la cultura urbana.

Hace unas semanas, durante una de las reuniones de desarrollo del proyecto experience, nos dimos cuenta que el concepto de “cursos” se nos quedaba pequeño, porque en realidad lo que estábamos desarrollando era una plataforma de networked-learning.

En la siguiente reunión, volvió a quedar patente que también el concepto de aprendizaje en red resultaba limitado para describir el proyecto USDE, puesto que no solo se trata de aprendizaje, si no también de una red de trabajo dirigida a profesionales. De esta reunión se sacó en claro, por lo tanto, que USDE debía concebirse como un proyecto de networking profesional y educativo.

Días más tarde, y en el contexto de una nueva reunión, llegamos a la conclusión de que USDE podía verse también como una plataforma de diseño en red, en la cual el proceso creativo se realiza de manera distribuida en vez de estar centralizado en una persona o en un estudio cerrado. Es así que empezamos a hablar de network design: un proceso de diseño en red que puede entenderse como una evolución en clave contemporánea de la participación ciudadana.

Poco a poco, hablando del network design e intentando definir ese nuevo ámbito de trabajo, llegamos a la conclusión de que hacer diseño en red significaba básicamente diseñar redes, y quizás de manera general pensar en red (network thinking).

Resumiendo por etapas:
cursos online > networked-learning > networking profesional y educativo > networked design > diseño de redes > pensamiento en red.

Este proceso, que podría parecer un poco enrevesado y vertiginoso (“quien sabe qué se nos podría ocurrir en la siguiente reunión?!”), no está exento sin embargo de coherencia, puesto que una de las hipótesis de base de USDE era la siguiente: si las nuevas tecnologías agilizan y multiplican las herramientas de acceso a la información, para acceder a ésta lo que necesitamos son conexiones, es decir, una buena red. En otras palabras, el diseño de nuestras redes es fundamental para nuestras actividades de conocimiento, trabajo y diseño.

“La superficie è tutto, e in essa è scritto il senso” – Los Barbaros, Alessandro Baricco

Todo esto, como decíamos antes, genera vértigo y hace inevitable la siguiente pregunta: en un mundo donde las conexiones -relaciones- entre nodos que nos dan acceso al conocimiento son más importantes que los propios nodos -contenido-, ¿quién se encargará de seguir produciendo información? es decir, ¿quién alimentará los nodos para que no se queden anticuados o vacíos de significado? ¿quién se hará cargo del progreso del conocimiento?” Baricco nos explica que intentar profundizar, es decir intentar generar conocimiento de la manera tradicional -produciendo contenidos-, ya no tiene sentido puesto que, en tal sistema, todo ocurre en la superficie.

Pero “si todos pasamos el tiempo escribiendo en nuestros blog para generar información, ¿quién leerá esa información?” me pregunté una vez, hace unos años, cuando empecé con mi blog.

Con nuestras reflexiones lo que planteamos, precisamente, es más bien lo contrario: en un mundo en donde todos pasamos frenéticamente de una información a otra, de un lugar a otro, de un nodo a otro, ¿quién produce esa información, diseña los lugares, se encarga de definir el contenido de los nodos, escribe lo que leemos en la red o lo que alcanzamos por medio de google, twitter, facebook?
La perspectiva de un mundo de conexiones sin contenidos puede generar miedo y sobre todo dudas sobre el valor o la eficacia de tal sistema cultural.

Sería interesante que los lectores nos ayudaran a contestar a estas preguntas, puesto que creemos que en ellas se esconde una de las claves explicativas fundamentales de la cultura contemporánea. Teniendo en cuenta esta perspectiva, no creemos que sea una casualidad que la cuestión del futuro de la educación sea una preocupación central del debate actual sobre innovación y cultura.
Si la educación es la trasmisión de conocimiento, valores y costumbres (definición de wikipedia), es evidente que la revolución tecnológica de las comunicaciones, que ha cambiado radicalmente las modalidades de acceso y trasmisión de la información, conlleve una crisis estructural profunda en el sistema de aprendizaje. La educación ya no puede entenderse como un flujo vertical de conocimiento, es decir, desde la sabiduría del profesor a la ignorancia del estudiante, puesto que ese modelo de separación y orden temporal -desde la ignorancia a la sabiduría- conlleva una contradicción estructural con el carácter simultáneo del sistema de información contemporáneo -aprender haciendo-.

Baricco sugiere que para “los bárbaros” lo que importa no es el contenido si no la experiencia, el movimiento, el vector, la trasmisión misma de la información. Quizás una respuesta a las preguntas anteriores podría ser que el conocimiento ya no se produce en los nodos, si no en la relación que se establece entre ellos. Si queremos un modelo sostenible para la producción y el intercambio de conocimiento, quizás se trate de superar la noción anterior de producción del conocimiento, es decir dejar atrás la separación entre los contenidos y sus conexiones, su puesta en relación, su re-mezcla y su libre circulación, para entenderlos como distintos aspectos del mismo proceso: copiar es crear.

Desde Ecosistema Urbano creemos que el conocimiento y el aprendizaje se mueve hacia un fenómeno difuso e híbrido y que, como en otros ámbitos, va transformando las tradicionales estructuras cerradas y estables en estructuras en red abiertas y altamente flexibles. Si el conocimiento se entiende como una puesta en relación y una experiencia de intercambio de contenido altamente eficiente -en vez de una trasmisión lenta, ordenada y vertical-, de la misma manera la sociedad, la cultura, las ciudades, y también el diseño urbano y arquitectónico se van acercando a los modelos de funcionamiento de redes, que se revelan más eficientes y apropiado, sobre todo en ámbitos de innovación.

Esa tendencia hacia la formación de estructuras en red y dinámicas complejas de alta connectividad se presenta como una característica intrínseca de la contemporaneidad, definiendo además un nuevo ámbito de investigación y trabajo que de momento hemos llamado network thinking, y que entendemos como la aplicación del pensamiento de red al diseño de procesos, estrategias y proyectos urbanos.

REFERENCIAS

Alessandro Baricco, Los Barbaros, 2008
Deyi Li, Liping Xiao, Yanni Han, Guisheng Chen and Kun Liu, Network Thinking and Network Intelligence, 2007

Courtney Boyd Myers, How the Internet is Revolutionizing Education, 14 de mayo 2011
Adolfo Cahutón, Learning by flowing, 14 de marzo 2011
Alessandro Baricco, 2026: La vittoria dei barbari, 26 agosto 2010

Qué es un MOOC, vídeo youtube
Networked learning, wikipedia

Texto escrito por Francesco Cingolani@immaginoteca para Ecosistema Urbano, previamente publicado en el blog La Ciudad Viva.


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