Revista Coaching

Networking de pasiones

Por Valedeoro @valedeoro
  • Gatos concentrados en un juegoMe gusta hacer experimentos con el lenguaje. Estoy bien encaminada para suprimir el “pero” de mi vocabulario y sustituir el “tengo que” por el “quiero”. Son trucos simples que me ayudan a centrarme en lo positivo y descubrir por qué hago lo que hago (y por qué acepto algunos compromisos y otros no). ¿Y si pudieses utilizar la misma idea en el trato con otras personas?

La pregunta más aburrida de la noche: ¿A qué te dedicas?

Las preguntas típicas al conocer nuevas personas suelen englobar: nombre, procedencia (sobre todo si se trata de alguien de fuera) y e famoso “¿a qué te dedicas?. Es la pregunta más común y la pregunta más sosa de la noche. Mientras el país de origen a lo mejor despierta vagas memorias de un viaje de fin de semana o sobre el rendimiento del club de fútbol de turno, muchas profesiones resultan en un flojo “ah, que interesante”. ¿O cuándo fue la última vez que empezaste una conversa animada sobre las ventajas y desventajas de ser profesor / contable / abogada / doctora o vendedor. Si a la persona no le motiva su trabajo, difícilmente se podrá tener una conversa más allá de algún comentario cortés.

Rompiendo con las tradiciones: ¿Cuál es tu pasión?

Si las respuestas no te satisfacen, es hora de cambiar la pregunta. Así que decidí preguntar a las personas por su pasión. ¿Cómo? – Pues, ¿cuál es tu pasión? ¿Qué te encanta hacer? Y de esta forma se abre el grifo de las experiencias . La profesora que disfruta de su trabajo me cuenta de las nuevas ideas que ha implementado en su clase. Y el contable, que hasta ahora se avergonzaba de no poder contar nada interesante, me cuenta con toda la pasión como es el taller dónde está restaurando un coche del 1937. Pensé que solo había cambiado la pregunta. En realidad cambió toda la noche.

Del discurso a la práctica: ¿cuánto le dedicas a tu pasión?

¿Qué responderías a la pregunta sobre tu pasión? ¿Y cuánto tiempo le dedicas a esta pasión más allá de hablar de ella? Aunque tu pasión no equivalga a tu trabajo, tienes la opción de dedicarle un poco de tiempo cada día. Y mientras vas avanzando a paso de oruga, tu pasión puede crecer y madurar. El objetivo final no es que hagas de tu pasión tu trabajo, sino que encuentres el equilibrio necesario para tu propio bienestar. Necesitas una actividad que te relaje y te exija.

Tu pasión puede ser un hobby, un tema, una actividad. Es algo a lo cual le dedicas la tarde del sábado, sin remordimiento. Es el tema del cual puedes hablar durante horas, haciendo que se alegren (o se agobien) tus seres queridos. Es algo activo.
Y si puedes hablar de ello, serás capaz de abrirle un hueco en tu agenda.

¿A qué pasión te dedicas?


Imagen: ninedragons99 / flickr


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