La neumonía es una inflamación del tejido pulmonar. Esta condición suele ser causada por agentes infecciosos como virus, bacterias y hongos, pero también puede ser causada por lesiones químicas o mecánicas al tejido pulmonar.
En personas previamente sanas, la neumonía generalmente está bien administrada, pero hay subpoblaciones de pacientes en las que la neumonía puede causar daños graves e incluso la muerte. Se trata de pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva, asma, insuficiencia cardiaca y pacientes inmóviles. Por supuesto, la gravedad de la neumonía también depende del factor causal.
Síntomas de la neumonía
Más comúnmente, la neumonía comienza con la tos que a veces puede producir secreción de sangre o moco verde. El dolor de pecho asociado con la neumonía es causado por la irritación y la inflamación de la pleura (membrana que rodea los pulmones) y por lo general tiene carácter agudo, apuñalamiento. El dolor empeora durante la tos o la respiración profunda. La fiebre está casi siempre presente y la temperatura del cuerpo es generalmente más alta en bacterias que en la neumonía viral. Otros síntomas típicos del síndrome infeccioso también están presentes, incluyendo fatiga, apetito bajo y dolor de cabeza.
Diagnóstico de neumonía
Después de realizar el examen físico, su médico puede sospechar de neumonía, pero el diagnóstico debe ser confirmado por radiografías de tórax. Los resultados de las pruebas de sangre probablemente mostrarán un aumento en el recuento de glóbulos blancos, lo que indica la infección. Los resultados también pueden sugerir si es infección bacteriana, viral o fúngica, pero los resultados normales no excluyen la neumonía.
La neumonía es un diagnóstico radiológico, por lo que siempre se necesita confirmación radiológica de tórax.
Tratamiento de neumonía
Dependiendo de la causa, la neumonía se puede tratar de diferentes maneras. La neumonía viral no requiere tratamiento antibiótico, pero su médico puede decidir prescribir antibióticos con el fin de evitar la superinfección bacteriana. A saber, las bacterias pueden utilizar la debilidad del sistema inmunológico y causar infección bacteriana (es decir, superinfección) por encima de la infección viral existente. Los medicamentos antivirales se utilizan sólo en casos graves de neumonía viral.
La neumonía bacteriana se trata con antibióticos. Pueden tomarse por vía oral o parenteral (inyección intramuscular o intravenosa), dependiendo de la gravedad de los síntomas.
La terapia de apoyo también es muy importante e incluye descanso, beber muchos líquidos, dieta y antipiréticos para controlar la temperatura corporal. En algunos pacientes, se necesita inhalación de oxígeno debido a una función respiratoria insuficiente.
Complicaciones de la neumonía
A pesar de que generalmente está bien tratada en personas sanas, la neumonía puede causar daño pulmonar grave e incapacidad. El absceso de pulmón puede desarrollarse en cualquier paciente, pero es más común en personas que sufren de enfermedades pulmonares crónicas o alcohólicos. En este caso, se forma una colección de puss en los pulmones, prolongando así los síntomas de la neumonía y haciendo la recuperación más dura. El derrame pleural representa el fluido entre las dos láminas de pleura que puede producir dolor torácico prolongado relacionado con la neumonía. En casos de síntomas recurrentes o prolongados, siempre póngase en contacto con su médico para un examen detallado.
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