Pese a que hay una gran cantidad de estudios e informes que evidencian que la sociedad no está actuando lo suficiente para paliar los efectos del cambio climático, a veces hay noticias positivas al respecto. Y es que el uso del carbón como principal fuente de energía eléctrica en Europa está disminuyendo, cuestión esencial para combatir el cambio climático y sus fatales consecuencias
El carbón como fuente de energía se está desplomando más rápido de lo previsto en Europa
Los últimos informes apuntan a que la Unión Europea se está desprendiendo del carbón más rápido de lo que se preveía en un principio, mientras que la producción de energía renovable marca cotas máximas. Esto hace que las emisiones de dióxido de carbono en el suministro eléctrico caigan a un ritmo inaudito hasta la actualidad —la reducción alcanza el 12 %—. Así lo indica el estudio elaborado por los expertos de Sandbag y Agora Energiewende.
Camino de la transición energética
La caída del carbón durante el 2019 rebasó todas las expectativas. Este es un hecho indiscutible como afirmó Dave Jones, un experto de Sandbag (grupo de expertos británicos en materia climática). Jones expone que la transición en materia energética se inició hace más de una década en casi todos los países europeos, y que ya en el año 2018 el suministro eléctrico proveniente del carbón había disminuido un 30 % en comparación con los niveles del 2012. No obstante, la transformación eléctrica de la UE constituye una carrera de fondo, pero, al menos, el uso del carbón durante el 2019 se ha reducido más de lo previsto, y la caída continúa durante el presente año.
Es cada vez más evidente que las centrales de carbón no son rentables, además de ser extremadamente nocivas para el medioambiente, por lo que la apuesta por el uso de energías alternativas es cada vez mayor. En la actualidad, quince países de Europa han establecido fechas en cuanto al cierre definitivo de las centrales de carbón. Por ejemplo, Francia lo ha fijado para el 2022. Alemania, por su parte, va a un ritmo más ralentizado y prevé prescindir de este combustible fósil en el año 2038. Mientras tanto, el Pacto Verde que ha propuesto la Comisión Europea parece haber prioridad a la lucha frente a la crisis climática por parte de los países de la UE. Ahora solo falta que este compromiso se cumpla.
La electricidad que se dejó de generar en las centrales de carbón en el 2019 fue producida en torno al 50 % por las centrales de gas natural por un lado, y por las tecnologías eólica y solar por otro. Sin embargo, conviene recordar que las centrales de gas natural también emplean combustible fósil, aunque emiten aproximadamente la mitad de dióxido de carbono a la hora de generar electricidad.
Las energías renovables se enfrentan a múltiples inconvenientes
Es incuestionable que la sustitución del carbón como principal fuente de energía eléctrica es un gran avance a la hora preservar el entorno medioambiental, pero la dependencia del petróleo aún sigue siendo fuerte a día de hoy. Además, las energías renovables conocidas ya por todos pueden no ser suficientemente eficaces para que se pueda prescindir completamente de los combustibles fósiles. Por ejemplo, la red fotovoltaica en China ha padecido bastantes problemas de apagones generales en los últimos tiempos, mientras que aún se duda de la viabilidad de la tecnología eólica como una solución completamente factible frente al combustible fósil, por no mencionar las centrales de gas natural, que constituyen un mal menor, puesto que también se sirven de los combustibles fósiles.
Hay una nueva luz en el horizonte: la revolución energética de los neutrinos
Los neutrinos son unas partículas invisibles que alcanzan el planeta de forma constante. Lo sorprendente es que dos premios Nobel demostraron cada uno por su cuenta que dichas partículas tienen masa, algo que siempre había sido negado por la comunidad científica. Por su puesto, esto abre un gran abanico de posibilidades como fuente energética completamente limpia e inagotable. De hecho, Neutrino Energy Group, con Holger Thorsten Schubart al frente, ya está desarrollando la primera generación de dispositivos electrónicos alimentados con neutrinos. Aunque la ambición de este grupo de científicos es aún mayor, puesto que afirman que en un futuro cercano podrán presentar un vehículo eléctrico que se autoalimentará almacenando la energía de estas partículas, sin necesidad de recargarse como sucede con los automóviles eléctricos actuales.
Sin duda, el uso global de la energía de neutrinos revolucionaría el sistema energético vigente y sería la solución perfecta frente a la escasez de combustibles fósiles y los efectos devastadores que provoca en el planeta. Son ahora los líderes políticos los que deben pensar si están verdaderamente dispuestos a ofrecer un futuro mejor a las futuras generaciones.
Autor: Phillipe González
Fuente Comunicae