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Capitulo 12
-Al menos nos han quitado esos collares- comento Carlos, con una mano en el cuello, intentando ser gracioso para aliviar la tensiónHitomi parecía la más afectada sobre lo que había pasado hace poco. Ella no era capaz de entender como Selene estaba involucrada en eso y mucho menos que aceptara todo esto.Ahora ambos iban a buscarla. A unos metros vieron la puerta de su habitación cinco personas reunidas. El cuarto anteriormente fue usado como consultorio, pero por el exceso de capacidad la mandaron ahí.−¿Qué hacen aquí? −pregunto Carlos−Venimos a ver a Sel, pero no creo que sea un buen momento –contesto un hombre mayor, de unos 55 años, gran parte de su cabello era color gris, señalando la puerta, de donde se escuchaban ruidos extraños−Puede tener problemas −dijo preocupada Hitomi abriendo la puerta antes de que cualquiera pudiera evitarloAl hacerlo escucharon un fuerte golpe asustándolos. Al entrar vieron detrás de la puerta a Selene en el suelo con una mano en su frente y a Takeshi a su lado preocupado−¿Es que nadie les dijo que deben tocar la puerta primero?−Lo siento −susurro Hitomi apenada, aunque nadie la escucho−En fin −dijo Selene levantándose con ayuda de Takeshi −nadie salió herido −se quito la mano de la frente-¡Estas sangrando!- gritaron varios al ver la sangre que fluía abundantemente donde nacía el cabelloSelene vio su mano manchada de sangre, comprobando lo dicho, perdiéndose en sus pensamientos. Mientras Takeshi le acerco una silla antes de buscar lo necesario para detener el sangrado−Se abrió la herida por el golpe −comento distraídamente al dar con la razón dejándose curar por su hijo−Si, al menos es algo pequeño−¿Entonces porque tanta sangre?−Porque las heridas de la cabeza son latosas −contestaron al unísono madre e hijo−No cambian ¿verdad? −comento un joven de 27 años−Pues necesitas lentes, Takeshi ha crecido mucho desde que te fuiste, ya no es el niño que recuerdas ¿verdad José?−Ya lo creo, se dio un buen estirón−¿Se conocen? −pregunto sorprendida Hitomi, no solo por ellos, si no por la forma de actuar de Selene−A Alberto y José, sip −dijo señalándolos –pero al resto no ¿Quiénes son?−Primero quiero saber ¿qué hacían aquí? pregunto una mujer de 35 años de cabello castaño claro y piel clara mirando la habitación. Habían movido los muebles para dejar el mayor espacio libre. Incluso habían amontonado algunas cosas−Peleando- contesto Takeshi−¿¡Por qué!?−Necesitaba desahogarme −contesto Selene como si no importará −ahora díganme quienes son, aunque puedo adivinar porque están aquí. Es por lo de antes ¿no? −todos asienten−Clarisa Torres, me ayudaste hace 20 años−Yo soy Ernesto, ayudaste a mi mamá −se presento un adolecente de cabello negro y piel morena clara- de la misma edad de Hitomi−¿Dónde esta ella?- pregunto Hitomi, pues no le parecía que Clarisa y él fueran madre e hijo−Murió−Lo siento, yo…- dijo Hitomi antes de ser interrumpida−No hay problema, son cosas que pasan−Que todos moriremos es la única cosa que podemos estar seguros- comento para sí la última persona, un hombre alto de 40 años, con barba, de cabello negro, piel morena−Cierto, ¿y tu eres?−Eso no importa, solo quiero saber si realmente eres Sakura Hikari−Si, lo soy, ellos te lo pueden corroborar- señalando a Takeshi, José y Alberto. Los tres afirmaron−¿Por qué solo ellos? ¿Y los otro dos?- refiriéndose a Clarisa y Ernesto−Si nos conociéramos ¿Crees que necesitaban presentarse? Dicen que los ayude, pero fueron amigos mios quienes lo hicieron… o amigos, de los amigos, de los amigos jajaja−Sel, ponte sería- rogó Alberto−Ok, ok, si es lo único que querían saber, pueden irse−Antes, dinos si es cierto que estas de acuerdo con lo que sucede−Por desgracia, si, pero mis razones no las puedo decir−Al final eres como los demás –afirmo el hombre dirigiéndole una mirada de rencor antes de marcharse−Piensa en lo que quieras, no me interesa −le dijo importarle si la escucho o no, para algunos parecía como si quisiera conversarse a si misma −¿quieren saber otra cosa? −les pregunto a Clarisa y Ernesto después que el otro se hubiera alejado−Las pulseras…−Invento de mi hermano, creado para ayudar a los niños a controlar sus poderes, principalmente a Takeshi, rompía todo lo que tocaba antes de controlar su fuerza−¡Mamá!−Jeje, bien si eso es todo pueden irse, quiero hablar con mis viejos amigos −cuando se estaban saliendo se acordó de algo y llamó a Hitomi –espera quiero hablar contigo antes –Ernesto se detuvo esperando saber de que hablaban, le pareció que iba a ser algo interesante, mientras Clarisa fue porque no quería que la excluyeran para algo importante−Por su poder de curación la pusieron a mi cuidado- les explico al ver su curiosidad, dándose por satisfechos con eso ambos se fueron −¿Y tu eres?- pregunto a Carlos al notar que este también se había quedado y ahora que recordaba no se había presentado como el resto−Carlos, soy amigo de Hitomi−¿Confías en él?- le pregunto a Hitomi, desconcertarla, pero aun así asintió. –A veces es tan extraña –pensó la chica−Ok, entonces a ustedes les diré la verdad, pero no deben decirle a nadie−¿Por qué?- pregunto desconfiado Carlos−Si algo grave pasa. Es mejor que algunos sepan que hacer y solo las personas que confió puedo decirles. Hitomi es una de esas personas. En fin, primero, lo primero. El secreto de la pulsera. Takeshi.Este entendió el mensaje y empezó acomodar los muebles el solo. Cosa que era sorprendente pues movía muebles que una persona normal no podía solo.−¿Cómo lo hizo? ¿No se supone que las pulseras anulan los poderes?−En realidad solo disminuyen su poder, para un niño que apenas descubrió sus poderes, es como si los anula, porque su poder es débil. Pero para Takeshi ha desarrollado sus poderes solo los disminuye.−Por eso detuviste a Takeshi para evitar que lo descubrieran−Sip, y de paso para que nadie intentara comprobar el poder de las pulseras por ellos, mismos, aunque no fue algo planeado salió bien. El problema será cuando lleguen más, aunque son pocos quienes tienen el poder suficiente para que puedan usar sus poderes aún con la pulsera.−¿Por qué no podemos decirlo? Con esto podemos salir de aquí−¿Y que harán después? Si escapan los trataran como a los otros, no tendrán como solucionar esto y para colmo los niños pagaran las consecuencias−¿Aún así porque lo permites?−No tengo otra opción. Si no hago lo que quiere lastimara a mi hija o niños que ni siquiera están relacionados conmigo−¿No dijiste que los había dejado en paz?−Sip, pero los tiene bajo vigilancia si quiere que algo les pase solo necesita hacer una llamadaEl silencio lleno el cuarto. Era una situación peligrosa. Tenían las manos atadas y poco podían hacer para salir de ella sin que nadie saliera lastimado.−Jaja esto ya parece película- comento José con una gran sonrisa ganándose un par de buenos golpes –lo siento pero al menos quite la tensión del ambiente−Ja- suspiro Selene –bueno creo que ahora solo nos queda esperar a una oportunidad para que todo salga bien. En fin, eso es todo lo que quería decirles, ya pueden irse si quieren a menos que quieran quedarse a escuchar nuestras historias−Aunque son buenas- comento José−De eso no hay dudas- río Alberto−Te espero mañana −le dijo a Hitomi –y ni siquiera intenten ver si pueden usar sus poderes −les advirtió antes de que se le olvidará−¿Crees que hablaran? −pregunto Alberto cuando Selene cerró la puerta−Yo espero que no, pero confió en que Hitomi no lo hará, es buena niña y deben entender lo peligros de revelarlo−Confías demasiado en los demás−Lo sé- torció la boca ante un desagradable recuerdo, pero lo desecho rápidamente –pero lo hecho, hecho esta, ahora díganme ¿como les ha ido? hace tiempo que no se de ustedes- dijo con una sonrisa quería olvidar toda la tristeza y sus preocupacionesPero no lo lograba. A pesar de reír y participar en la conversación no podía evitar recordar lo que ocurrió el día anterior.Villalobos acababa de llegar al cuartel y lo primero que hizo fue llamar a Selene.−¿Qué quieres?- pregunto al entrar a su oficina, cerrando la puerta tras de ella−¿Dónde quedo tu educación?- se burlo con una sonrisa arrogante sentado tras su escritorio−Si solo me vas a molestar, me voy−No te conviene Sakura Hikari−No me llames así, no tienes derecho−Puedo hacer lo que quiera, ¿o no te preocupas por tu hija o tus niños? Recuerda que están bajo vigilancia y los accidentes suelen ocurrir−Desgraciado−Niña mala no debes decir esas cosas −saca del primer cajón una pulsera −¿la reconoces, verdad? La encontramos entre los escombros del orfanato. Es un artefacto muy curioso, aunque nos costó descubrir su función−¿Para que los quieres?−Para controlarlos, ¿no es obvio?−No es suficiente con tenerlos aquí con esos collares−No entiendes −se levanto para acercarse a ella –los necesito –coloco sus brazos a sus costados, atrapándola entre la puerta y su cuerpo –ellos harán nuestro trabajo sucio−¡No puedes hacerlo! −le grito al darse cuenta de sus intensiones−Puedo y lo hare −sonrío arrogantemente –y tu me ayudaras−Ni loca−Vaya, realmente eres egoísta, sabes lo que hare así que te conviene ser buena −Selene bajo la mirada frustrada ensanchando la sonrisa de Antonio –ellos lo harán si tu estas de acuerdo, ellos creerán que su estas de acuerdo debe ser por una buena razónCuando termino de hablar Selene lo empujo para que pudiera irse. A él no le importo. Podía divertirse con ella cuando quisiera mientras tuviera esa carta bajo su manga. Ella haría lo que le pidiera. Y ella lo sabía.