Hace unos meses se publicaba en España la primera novela de la serie sobre la inspectora Helen Grace, Tú te vas, tú te quedas. Tras la novela romántica el thriller es mi género favorito - a veces incluso por encima de la romántica - así que me lancé a por ella sin pensarlo. ¿El resultado? el comienzo de una de las mejores series del género que he leído hasta el momento. Estaba deseando conocer la segunda parte y en cuanto llegó a mis manos apenas me duró unas horas. Ni lo ves ni lo verás comienza unos meses después del final de la primera parte. Con los ecos de la tragedia aún muy frescos en la mente y la vida de los supervivientes de la masacre. Grace, la protagonista indiscutible, aún no ha podido superar el pasado, ni lo que tuvo que hacer para salvar a sus compañeros - intento no poner spoilers pero quien lo haya leído lo sabe - esto la ha convertido en una mujer más distante aún si cabe y sobre todo llena de rabia. Por si fuera poco no se lleva nada bien con su nueva jefa, una mujer que intenta tenerla controlada y que se hagan las cosas como ella desea. Quien conozca el personaje de Grace sabe que esto es imposible. Charlie fue otro de los personajes que quedó más tocado en el final de la primera historia. Ahora, tras unos meses de descanso, decide volver al trabajo. Pero se encuentra con el rechazo absoluto de Grace y con la poca comprensión de su marido. Charlie es quien más debe luchar por demostrar que sus temores no van a afectar a su trabajo. Que sigue siendo una buena agente. Esto en cuanto a los personajes más llamativo, pero ¿de qué va esta segunda novela? Pues en la ciudad comienzan a sucederse asesinatos brutales. Hombres, padres de familia, que aparecen muertos y con el torso abierto, a todos les falta el corazón. Dicho órgano es enviado después por correo a sus familiares. El estilo de Arlidge es directo y claro en cuanto a los asesinatos, es uno de los rasgos que más me gusta de su narración. Comparte con el lector todo, incluso los datos más escabrosos. Grace y su equipo se meten de lleno en el asunto, más cuando los asesinatos son cada vez más frecuentes y meticulosos. Poco a poco comienzan a darse cuenta que el asesino/a tiene en el punto de mira a los hombres casados y con hijos que tienen una doble vida. El asesino intenta quitar del mundo a aquellos que consideran traidores y desleales.
A pesar de la brutalidad de sus actos llega un punto en que como "espectadora" me he sentido entre la espada y la pared. No se merecían ese final pero si un castigo por su doble moral. Sobre todo en el caso de la primera victima es imposible no sentirte, al menos un poco, cercana al asesino. La historia es vertiginosa y emocionante. Desde el primer momento el autor capta la atención del lector y al menos en mi caso no fui capaz de abandonar la novela hasta terminar. Aquello de "sólo un capítulo más" duró hasta bien avanzada la madrugada y sólo cuando pasé su última página. Una vez más he sentido esa adrenalina, ese corazón desbocada a medida que la historia avanza y se enreda más y más. Así es como hacen sentir los buenos thriller. Por si todo esto fuera poco el autora nos hace participes de las vivencias personales de tres de sus personajes más destacados: Grace, Tony y Charlie. Los tres tiene una vida sumamente complicada y que afecta de lleno a su trabajo y por lo tanto al caso. En el caso de Grace nos enteraremos de nuevos datos que, espero, se desarrollen en la próxima novela. Grace sigue siendo ese personaje tan particular y atípico. Sigue con sus sesiones con Jack aunque estas son cada vez más personales. Sigue con sus demonios personales que la atormentan día y noche, con su distancia, con su rabia, con su rencor, con su dolor. Pero ahora se añade otro factor más.
Ni lo ves ni lo verás sigue la estela de la primera historia. Una novela sumamente entretenida y adictiva. Emocionante, vertiginosa y brutalmente clara. Arlidge ha sido todo un descubrimiento, un maestro del thriller al que espero no se le pierda la pista en nuestro país.