6 canciones, 6 trayectos de un verano perfecto (5/6)
Pamplona-Pontevedra, segunda semana de agosto de 2022: A. tiene que trabajar, los niños se rebelan (yo hice exactamente lo mismo a su edad) y dicen que no quieren pasar una semana en la casa donde mi primo y su marido veranean en una aldea diminuta (Lugar de P/ Parroquia de C/ Concello de C) en el interior de Pontevedra. Mi hijo M. -13 años, casi 14- me pregunta antes de salir cuál es el atractivo de ir a una casa vieja llena de bichos perdida en medio de ninguna parte, y la primera respuesta que me viene a la cabeza es “pasar una semana en una casa vieja llena de bichos perdida en medio de ninguna parte”. De modo que viajo solo, y no me importa hacerlo. El navegador del coche se empeña en no funcionar, disfruto del reto de llegar a esa casa en el que probablemente sea el trayecto más largo que nunca he hecho al volante, yo solo. Viajo contento, con la música a un volumen que mi familia al completo censuraría, y por culpa de unos atascos terribles entre Vitoria y Burgos, lo que debía haber sido un viaje de unas 7h acaba superando las 8. Los ratos en los que el vehículo está completamente parado en medio de una hilera infinita de coches, no obstante, aportan algunas satisfacciones: en primer lugar, mis hermanos D. y J. me avisan mediante un par de mensajes al whatsapp de que estarán en el mismo destino que yo a mi llegada, lo cual me hace mucha ilusión, y además me dará ocasión de conocer a R, la novia argentina de mi hermano de la que había oído hablar pero no tenía el gusto de conocer. En aquel momento, atrapado en el tráfico, aún no lo sé, pero esa noche ella me preguntará durante la cena por mi abandonadísimo blog, lo cual será toda una sorpresa ¡Pensaba que estas páginas (o la ausencia de ellas) no importaban a nadie! El instantáneo chute de vanidad se diluirá instantáneamente como un azucarillo en el agua cuando me reconozcan que se suelen saltar el texto y le dan directamente al play ¡me lo tengo bien empleado! Y en fondo, puedo sentirme satisfecho: se trata(ba) tan sólo de compartir canciones.
Pero me falta aún por rememorar la segunda alegría de ese viaje, temporalmente suspendido en la AP-1. La lista de “Favoritas 2022” que tengo creada en Spotify y está sonando en el coche parece que llega a su fin, y el programita empieza con las dichosas sugerencias, que con frecuencia funcionan más como una invitación a cambiar de playlist que como una aproximación a mis gustos (y no, sintiéndolo mucho, tampoco me entran ganas de hacerme con una de esas suscripción premium). Y de pronto, cuando mi dedo índice ya busca en la pantalla digital el botón con el que “Fav 2022” dará paso a “Retroplaya”, empieza a sonar esta fabulosa “Night Vision” de los Kiwi Jr, y mi dedo se queda así, paralizado estúpidamente a cm. de cometer una equivocación ¡Qué chulada de canción, no la conocía! Ecos de los Strokes que me gustaban, y también, no sé por qué, algo que me hace pensar en Pete & The Pirates. Apunto mentalmente el título: noches después, justo antes de dormir, estaré en la cama de esa bendita casa vieja en medio de ninguna parte, a oscuras con los auriculares puestos, escuchándola en repeat.
Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2022, Chopper, Kiwi Jr, Rock, Sub PopEnlace permanente2 comentarios