Adiós, viejos Bee Gees; hola, nuevos Bee Gees. Con «Main Course«, el ¡decimotercer! largo en la (ejem) larguísima discografía de los hermanos Gibb, el grupo daba portazo a una era, abrazando una influencia negra (la del R’n’B y la del funk) que hasta entonces había permanecido soterrada, y dejando que la instrumentación también se volviera más sintética: menos orquesta, más sintetizadores. Se mantenían las armonías, pero subía el tempo y el grupo sonaba más energético, más vivo.
Y luego está el tema del falsete. Oh, sí, ese falsete. Nunca como hasta entonces Barry había dejado que lucieran sus capacidades vocales de esa forma, y aquello que en un principio no había sido más que la respuesta a la sugerencia del productor Arif Mardin de acompañar el estribillo con «algo parecido a un grito» estaba a punto de convertirse, como quien no quiere la cosa, en una de las señas más reconocibles de una de las bandas más exitosas del planeta.
Quizá este tema no tuvo el éxito que capitalizó «Jive Talkin«, su regreso por la puerta grande al top 10 después del pequeño fiasco comercial que habían supuesto los álbumes «Life In A Tin Can» o «Mr. Natural«, pero aquello era ciertamente algo nuevo, y mucho más rítmico, lo que les permitía no sólo reconectar con sus seguidores de siempre, sino también atraer la atención de los más jóvenes. La estructura, aun siendo compleja (una de las cosas que más me gusta de esta canción es precisamente el tremendo contraste entre cómo empieza y cómo acaba: ni el bajo impregnado de funk ni la entrada de la voz del principio al tema permiten imaginar el ascenso que nos espera) y con muchos cambios de ritmo , muestra una enorme solidez sosteniendo unas melodías como siempre sobresalientes; las voces de los hermanos se empastan como nunca, y la transición entre el puente y el último estribillo es sencillamente espectacular: en apenas 50 segundos (los que van del minuto al 2:36 al 3:26 ) vemos condensado de forma magistral ese largo proceso de transición entre los nuevos y los viejos Bee Gees. De la oscuridad (Here we are / In a room full of strangers / Standing in the dark / Where your eyes couldn’t see me) a la luz más brillante, no en vano el tema iba a llamarse inicialmente «Lights Of Broadway«, y fue Mardin quien quiso darle un puntito más picante. La receta, como rezaba el anuncio con el que se promocionaba el disco, había cambiado para siempre, y ya nada volvería ser lo mismo.
Publicado en: Greatest HitsEtiquetado: 1975, Main Course, RSO Records, Slow Disco, The Bee GeesEnlace permanenteDeja un comentario