Revista Cultura y Ocio
Que palabra tan bonita, por como suena y por lo que significa.
Pero que corta su duración, cuando te quieres dar cuenta hace tiempo que pasó y entonces envidias a esos niños subiendo y bajando, dando vueltas en esos brillantes caballitos de cartón-piedra que cada día oyen nuevas risas.
En este barrio, un poco más pijos o repipis, muy bien vestidos, perfectamente peinados, con abuelas enjoyadas y madres muy elegantes, algunos incluso de la realeza, pero niños al fin y al cabo, que siguen disfrutando con algo tan sencillo y atemporal como es un tíovivo.