Revista Salud y Bienestar

Ninguna comunidad autónoma española cumple la proporción mínima de un alergólogo por cada 50.000 habitantes establecida por la oms

Por Fat
En nuestro país, ninguna comunidad autónoma alcanza la proporción mínima de un alergólogo por cada 50.000 habitantes establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace más de 30 años. El incremento de la prevalencia de las enfermedades alergias, junto a la creciente complejidad del diagnóstico y tratamiento, cada vez más ajustado al perfil del paciente, ha puesto de relieve en los últimos años un importante déficit de alergólogos. "Una gran proporción del aumento en las enfermedades alérgicas se produce en los jóvenes y en el futuro asistiremos a un incremento de la demanda sanitaria por esta patología”, explica el doctor José María Olaguibel, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). “El diagnóstico y tratamiento de las alergias es cada vez más personalizado, pero esto incrementa mucho la complejidad, el tiempo y los recursos en las consultas y el déficit de especialistas se hace más notable. Algunas regiones como Canarias, Cataluña y Asturias tienen un número insuficiente de alergólogos en la sanidad pública y otras, como Baleares, carecen de ellos”, apostilla.
El actual escenario sociosanitario y económico empuja a las sociedades científicas a marcar los estándares de calidad para garantizar una “atención equitativa y de excelencia” a los pacientes. En este sentido, la SEAIC apuesta por un enfoque preventivo para las enfermedades alérgicas, haciendo hincapié en la importancia de continuar la investigación sobre la causa de la enfermedad y su tratamiento. “Nuestra propuesta pasa por desarrollar planes de acción para promover la prevención de las enfermedades alérgicas y la tolerancia inmunológica, con el objetivo de reducir la carga de las estas dolencias”, añade Olaguibel.
Según el presidente de la SEAIC, “si al impacto social y el fuerte incremento de la prevalencia de las enfermedades alérgicas en el mundo occidental, sumamos el elevado coste económico de procesos tan frecuentes como la rinitis, el asma o la alergia a alimentos se hacen necesarias estrategias que promuevan acciones preventivas y de índole educativa y social además de una agilización de la atención y una reducción de costes”.
-Formación e investigación
Por otro lado, a pesar de que casi la mitad de los recursos de la Fundación SEAIC se destinan a formación y proyectos de investigación, los alergólogos consideran que los conocimientos sobre la especialidad que reciben los estudiantes de Medicina son insuficientes. Tal y como explica el doctor Olaguibel, “la Alergología está poco presente en las Facultades de Medicina de España, y eso que es una sociedad científica con más de 60 años de historia. En 1949, el Profesor Carlos Jiménez Díaz fundó la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica que conocemos hoy”. El experto insiste en que “es importante formar más a nuestros estudiantes en áreas de conocimiento en Alergología, porque en el mundo real una de cada cuatro personas tiene alergia y afecta mucho su calidad de vida, tanto o más que otras enfermedades como la hipertensión o la diabetes”.
Actualmente existen pocas Facultades de Medicina en las que la especialidad de Alergología se incluya entre la oferta formativa. “La patología alérgica se estudia dentro del marco de otras asignaturas sin proporcionar una visión global del paciente alérgico y sin revisar de forma adecuada el diagnóstico y el tratamiento etiológico. Por tanto, en general los licenciados en Medicina finalizan su formación sin un conocimiento suficiente sobre las enfermedades alérgicas. Además, en los planes de formación vigentes, tampoco existe mucha oferta de cursos de postgrado”, señala el alergólogo.
En cuanto a la formación en la especialidad de Alergología, en España el sistema MIR ofrece un buen plan de formación. Existen en la actualidad unas 35 unidades docentes y finalizan la especialidad aproximadamente 45 nuevos alergólogos cada año. “Debido a la juventud de la mayoría de los especialistas en las plantillas y a la lenta creación de nuevas plazas debe plantearse si este número es adecuado o excesivo para la oferta. Es un hecho reconocido que un número no despreciable de nuevos alergólogos realiza una segunda especialidad”, concluye el doctor Olaguibel.
Ante este escenario, la SEAIC propone un Plan Estratégico de actuación para los próximos siete años, que supone una “reformulación” de la especialidad adaptado a los nuevos modelos de atención sociosanitaria y capaz de satisfacer las necesidades asistenciales de las enfermedades alérgicas y su elevada prevalencia. En línea con otras sociedades científicas, una parte muy importante del proyecto se centra en la parte de desarrollo profesional continuo, programas de formación continuada, y el establecimiento de un marco global de calidad y estándares de “atención equitativa y de excelencia” para los pacientes. “Formular un plan estratégico para nuestra sociedad no es una idea, es una oportunidad. Y lo es por el momento en el que vivimos, por los cambios habidos en nuestro entorno, por aprovechar nuestra experiencia y por la posibilidad de incrementar el valor de la sociedad”, añade el presidente de la SEAIC.

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