Los niños que desde temprana edad son alimentados con dietas saludables podrían tener un coeficiente intelectual (CI) ligeramente superior, según una nueva investigación de la Universidad de Adelaida.
El estudio (dirigido por la Universidad de Adelaida en la disciplina de Salud Pública y por la investigadora Dra Lisa Smithers) observó la relación entre los hábitos alimentarios de los niños a los seis meses, 15 meses y dos años de edad, y su índice de inteligencia (CI) a los ocho años de edad. Contando con más de 7.000 niños, se comparó una serie de hábitos alimentarios, incluyendo las comidas caseras, los alimentos ‘ya preparados’ para bebés, la lactancia, y comida ‘discrecional’ o comida chatarra.
“La dieta proporciona los nutrientes necesarios para el desarrollo de los tejidos del cerebro en los primeros dos años de vida, y el objetivo de este estudio fue analizar qué impacto tendría la dieta sobre el coeficiente intelectual de los niños”, dice la doctora Smithers.
“Hemos encontrado que los niños que fueron amamantados durante seis meses y tuvieron una dieta saludable, incluyendo con regularidad alimentos tales como las legumbres, quesos, frutas y verduras, a los 15 y 24 meses de edad, presentaron un coeficiente intelectual hasta dos puntos más altos a los ocho años de edad”.
“Los niños que tenían una dieta que con regularidad contenía galletas, chocolate, dulces, refrescos y papas fritas en los primeros dos años de vida, tenían coeficientes intelectuales hasta dos puntos por debajo a los ocho años de edad”.
(Artículo relacionado: ¿Existe relación entre el sobrepeso infantil y la habilidad en matemáticas?)
“También encontramos un cierto impacto negativo en el coeficiente intelectual proveniente de los alimentos preparados para bebés dados a los seis meses, pero también presentaron algunas asociaciones positivas cuando fueron dados a los 24 meses”, dice el doctor Smithers.
La Dra Smithers dice que este estudio refuerza la necesidad de proporcionar a los niños alimentos saludables en esos momentos cruciales y formativos en sus vidas.
“A pesar de que las diferencias en el CI no son enormes, este estudio proporciona algunas de las pruebas más contundentes hasta la fecha, de que los hábitos alimentarios desde los 6 a 24 meses tienen un efecto pequeño pero significativo en el coeficiente intelectual a los ocho años de edad”, dice la doctora Smithers.
“Es importante que consideremos el impacto a largo plazo de los alimentos que damos a nuestros hijos”, agrega.
Los resultados de este estudio han sido publicados online en la revista European Journal of Epidemiology (Revista Europea de Epidemiología).
Fuentes: Children’s Healthy Diets Linked to Higher IQ
University News & Events: Children’s healthy diets lead to healthier IQ