Revista Infancia

Niños invisibles

Por Mbbp

NIÑOS INVISIBLES

A veces tenemos la tentación de pensar que el mal existe en nuestro mundo porque hay personas malas en esencia! También creemos que las circunstancias de nuestra vida condicionan poco nuestra existencia o bien, al contrario, que según éstas, se conforma nuestra personalidad y actuamos en consonancia! Viendo el vídeo de más abajo entenderás mejor de qué hablo!

Todos nacemos iguales, en esencia, mal que les pese a algunos! Es lo que vivimos y, sobre todo, lo que optamos en la vida, lo que determina nuestra actitud y, como consecuencia, nuestra felicidad o infelicidad en ella. Eso es fruto del don de la libertad, que es inherente a todo ser humano. Es verdad, pensarás, que la libertad es algo muy distinto para unos y otros, las circunstancias la condicionan. Evidentemente, cada uno de nostros vive lo que vive, una vida única e irrepetible, hecha de cotidianas decisiones que conforman nuestro paso por la vida! Pero también es verdad que, como suelo decir, lo que decidimos en cada paso o cómo nos afecta lo que nos sucede, es lo que nos hace responsables de nuestros actos.

Casi siempre el mal en nuestro mundo -más allá de lo que creemos- es consecuencia del miedo. El miedo a ser, a sentir y a actuar es lo que nos bloquea, nos envilece o lo que trae lo peor de cada uno de nosotros! Así, la violencia, el odio, no son más que diferentes caras del miedo que, en ciertos momentos, nos invade. Es humano tener miedo, cómo no! Pero también lo es sobreponernos a él y no permitir que domine nuestra vida! Al miedo hay que mirarlo de cara y no enterrarlo en nuestro corazón, privándonos de vivir el amor que también es una emoción inherentemente humana. Alguien dijo que, si el amor es, básicamente, una actitud positiva humana, el miedo o el odio no es más que el extremo opuesto -por tanto, no tan lejano a éste- de esa misma actitud, pero en negativo. Y de ti depende romper el fino hilo que los separa! El amor nos une a todos, mientras que el miedo, nos separa! El amor saca lo mejor de cada uno de nosotros, mientras que el miedo, lo peor… pero ambos están dentro de nosotros!

Esa dualidad eminentemente humana es fruto de la mente y de las circunstancias creadas por ella. Se nos enseña que este mundo está hecho de buenos y malos y el “ojo por ojo, diente por diente“! La mente, por definición, es dual y el mundo tal como es, no es más que una proyección de nuestra mente y de lo que hacemos con ella. Así, siguiendo el razonamiento, habría personas buenas o malas, sin remedio! Pero, como he dicho antes, lo importante no son las circunstancias en sí mismo, sino nuestra actitud ante ellas y, sobre todo, cómo permitimos que nos afecten!

Cada vez que renunciamos a mirar el miedo de cara para gestionarlo o bien que buscamos un culpable fuera de nosotros para justificar nuestro miedo o la consecuencia de éste con nuestros actos, estamos permitiendo -sin saberlo- que el dolor domine nuestra vida. Y, ni que decir tiene, que eso provoca víctimas alrededor nuestro que, de alguna forma, sufren las consecuencias! Cada vez que renunciamos a lo que somos o sentimos interiormente y nos dejamos llevar por el miedo o lo que vivimos solo fuera, estamos generando miedo u odio, que tienen un mismo origen. Y, a su vez, esas víctimas inocentes de nuestros actos, se convierten -a su vez- en potenciales generadores de miedo y odio ante los demás, creando nuevas víctimas. Es una cadena interminable que, generación tras generación, va repitiéndose y creando un mundo insufrible…

Es simple. Piensa, por un momento, en cuántas veces has actuado influenciado por los demás, sin seguir tu propio criterio o lo que te dictaba tu corazón. Por miedo a sufrir, siendo abandonado o no amado! Empieza quizás sintiéndote mal contigo mismo! Si no asumes ese dolor, nuestro mundo nos ha enseñado a mirar hacia afuera y encontrar los culpables fuera! Ya sea Satanás o quien te rodea, es más facil ver el mal en ojo ajeno que en el propio. Y eso te aleja de la responsabilidad de tus actos… y de tu vida! Y la responsabilidad exije libertad para ejercerla! Si en tu vida has recibido odio o dolor -de la forma que sea-, es humano que, inconscientemente, repartas miedo o dolor en los que te rodean, incluso a los que más quieres en ella. Y eso, pensarás, que no es justo, como no lo ha sido que tú lo recibieras, sin quererlo! Así se fabrican las injusticias! Y, el cúmulo de ellas, configuran nuestro entorno personal y nuestro mundo! Éste no es lo que es, sino un reflejo de lo que eres y sientes!

La única solución que cabe es romper esa maldita cadena de despropósitos y optar por la libertad, que no es más que actuar desde dentro y no tanto por lo que nos viene de fuera! Ser libre, en este contexto, es entender y saber perdonar a quien te regaló miedo u odio sin saberlo y, así, cambiarlo por amor, evitando que éstos se propaguen en tus actos hacia los que te rodean! Y eso sí está en tus manos! Cada vez que acumulas ese dolor, ese miedo o ese odio, estás prolongando su efecto!

¿Crees que siempre y en todo momento eres justo con los que te rodean e, incluso, con los que más quieres? ¿Te has dado cuenta de que, ante una incertidumbre del tipo que sea, muchas veces te vuelves espontáneamente duro, inflexible, intolerante… contigo mismo y con los demás? Eso, demasiadas veces, es dolor no procesado! Mientras permitas que sea así, el amor será algo ajeno en tu vida! ¿Hoy estás alegre y, un minuto después, estás cabizbajo y deprimido o de mal humor, sin causa justificada y suficiente? Pregúntate qué te duele en tu corazón para sentir y actuar así. Esa bipolaridad no es más que un fruto de tu mente dual y de tu corazón herido! A todos nos pasa en algún momento de nuestra vida… hasta que somos conscientes de ello e intentamos evitarlo!

Evitarlo no es más que adueñarnos de nuestra propia vida y no ser meros espectadores o víctimas de lo que ocurre en ella! La libertad es la clave! Y cuando nos sentimos libres -lo cual no es siempre fácil-, a la vez, nos sentimos felices de serlo! Así, la felicidad no es más que sentirte libre de optar por el amor que tienes en tu interior, por eso no puede venir de fuera! Si eres libre, el amor consustancial de todo ser humano fluye e ilumina nuestros pensamientos, sentimientos y actos. Aunque eso sí, si en el corazón hay solo dolor, dificilmente cabrá el amor… y mucho menos fluirá hacia afuera!

Te traigo un vídeo que demuestra que la maldad no es algo tan lejano a cualquier ser humano! Algunas imagenes son duras, pero reales! En él también verás que, de igual forma que se propaga el mal en nuestro mundo por la renuncia a vencer el dolor, el bien también se propaga en sentido contrario, a través de la solidaridad, la responsabilidad, Internet, etc.! No enjuicies, tan solo siente lo que ves y extrae tus propias conclusiones! Ah… y atiende los razonamientos del niño de corta edad, no tienen desperdicio! Es un vídeo largo (unos 30 minutos), pero vale la pena verlo…

Niños invisibles

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