Al preparar las vacaciones nos hemos encontrado con la sorpresa de la gran cantidad de hoteles que de forma clara y contundente o de manera encubierta no admiten niños.
La cantidad de hoteles que no admiten niños está aumentando en España y en Europa ya que este sector se está potenciando y especializando. Es un cambio que se está dando por la necesidad de los establecimientos de reinventarse por la crisis económica y de captar la atención de las parejas y grupos de adultos que buscan alojamientos temporales por vacaciones o para una escapada de fin de semana o puente.
En nuestro país este tipo de establecimientos todavía no cuenta con el beneplácito de la mayoría de la población que ven en la prohibición de los menores un rechazo a los niños y a las familias.
Desde un punto de vista legal:
En España se prohíbe la discriminación por razón de edad, pero en ciertos ámbitos (ej. entradas a espectáculos públicos o el derecho laboral) se puede limitar por razones objetivas -y no subjetivas como la raza, religión, etc. como por ejemplo que los menores de X años hagan ruido y que la casa rural venda el concepto de tranquilidad. La página del alojamiento debería expresar la limitación en estos términos.
Dicho esto e intentando ser lo más respetuoso y abierto posible a mí me parece fatal. Intentamos educar en el pluralismo y luego hay hoteles que no admiten niños, hay viajeros que quieren vuelos sin niños. Perdonen pero hablamos de seres humanos y hablamos de un estado en la evolución de los mismos por el que el todos y cada uno de nosotros hemos pasado. ¿Qué será lo siguiente? ¿Hoteles sin ancianos, hoteles sin homosexuales, hoteles sin extranjeros? En cualquiera de esos casos se habría hablado mucho más; incluso hay gente que monta en cólera porque no le dejan llevar a su mascota a un hotel pero ahora resulta que hoteles sin niños está bien visto y es legítimo. Hacen mucho ruido y destrozan el ambiente. Mire usted, he estado yo en hoteles y me he cambiado de mesa porque había adultos insoportables, gritando en el móvil más de media hora o haciendo cosas que uno no tiene ganas de soportar en vacaciones.En cualquier caso prefiero la claridad a la hipocresía y si los niños no son bienvenidos, agradezco que el hotel lo diga. Mejor que comprobar en internet que hay disponibilidad y después detectar al teléfono que no quieren niños.
Preferiría o sueño con una sociedad mejor en la que todos juntos podamos ser felices. Seguramente es una utopía pero creo que nos estamos volviendo muy selectivos, individualistas y egocéntricos aunque puede que me equivoque. Por eso quiero saber:
¿Qué pensáis vosotros?