Después de un buen desayuno en una pastelería del Boulevard Gambetta, seguimos las indicaciones hasta llegar a la Catedral ortodoxa rusa de San Nicolás acabada en 1912. Fue construida por iniciativa de la zarina Maria Feodorovna para la comunidad rusa residente en Niza. La cúpula destaca por su vistoso colorido debido a la influencia de las iglesias moscovitas de los siglos XVI y XVII, especialmente de la Catedral de San Basilio.
Volvemos al centro por el Bd Víctor Hugo hasta encontrar la avenida Jean Médecin, una elegante calle por donde circula el tranvia (inaugurado en 2007) y donde se encuentran varios comercios, especialmente tiendas de ropa de marcas internacionales. Se trata de una animada avenida con pórticos a ambos lados la cual desemboca en la Place Masséna, el centro vital de Niza.
En la plaza se respira una ambiente increíble y mucha gente aprovecha el soleado día en alguna de las múltiples terrazas. Niza debe ser un lugar ideal para vivir, especialmente en invierno, y esto se nota en el ambiente.Pasear por las calles de esta ciudad es uno de los mayores placeres que se pueden experimentar aquí. El barrio antiguo, conocido como le Vieux Nice, destaca por las fachadas en tonos crema y pastel. Sus callejuelas estrellas, placitas escondidas, campanarios… nos recuerdan que estamos en la Provenza. El Cours Saleya, plaza animada por puestos de flores y anticuarios, es el centro de la Niza antigua y es aquí donde se pueden encontrar los mejores productos de la comarca: flores, aceitunas, hortalizas o hierbas. En la Place de Rossetti, una de las más animadas, se encuentra la Catedral de Santa Reparata, uno de los principales testimonios del arte barroco en la ciudad. Aquí se venera a la pequeña santa, patrona de la ciudad, que murió en Palestina en el siglo XIV y según la leyenda, su cuerpo llegó a las costas de Niza en una barca llena de flores y guiada por los ángeles.Continuamos callejeando hasta salir delante de la iglesia de los pescadores, Notre Dame du Port. Enfrente se encuentra el puerto deportivo, donde están amarrados no pocos yates que cortan el aliento. Seguimos hasta la Promenade des Anglais que, abrazando la Bahía des Anges, es un espectáculo en sí misma y todo un símbolo de Niza.En sus orígenes el paseo no era más que un pequeño sendero de dos metros de ancho. Un inglés, el reverendo Lewis Way pagó la construcción del actual paseo en 1820. Por ello, rápidamente fue bautizado por los ciudadanos “Camino de los ingleses”. Veinte años después, la calle se prolongó y en 1930 se dobló el ancho de la misma y se plantaron las palmeras. Ya en 1965 se hizo llegar la avenida hasta el aeropuerto.El siglo XIX dio a la ciudad, además de las amplias avenidas, el teatro, el casino, hoteles de lujo y magníficas casas de estilo art déco que fueron configurando el aspecto de la ciudad. Destacan algunos hoteles de la Belle Epoque, especialmente el Hotel Negresco que abrió sus puertas el 8 de enero de 1913. Por este edificio museo, todo un símbolo de la Costa Azul, han desfilado reyes, actrices de Hollywood y millonarios del mundo entero. Las playas de Niza se extienden por toda la bahía. Algunas de ellas son privadas pero se puede pasear si se hace cerca de la orilla del mar. El increíble color turquesa del agua hace honor al nombre de Costa Azul. Unos pocos están tomando el sol y algún intrépido incluso se atreve a desafiar las frías aguas en pleno mes de diciembre, pero donde se concentra más gente es en los bancos y sillas que hay a lo largo de todo el paseo. Nos comemos unos bocadillos sentados frente al mar y en estos momentos no lo cambiaría por ningún restaurante con todas las estrellas Michelin del mundo, porqué de verdad que es un auténtico lujo poder estar aquí después de tantos días de frío y cielos grises.En el llamado Château, un monte escarpado de 92 metros, Niza tiene un mirador natural desde el cual se ven los tejados de tejas rojas del barrio antiguo y las curvas de la costa o el bullicio del puerto. Para quienes dispongan de varios días, Niza dispone de variada oferta, como unos buenos museos o las ruinas romanas de Cimiez pero nosotros preferimos hacer un recorrido de Niza a Menton por las llamadas corniches. Se trata de tres carreteras que discurren por la costa: la baja, la central - que atraviesa Mónaco - y la alta, como si se tratara de un pastel de tres pisos. Escogemos la alta, que es desde donde se obtienen las mejores vistas y se pasa por encima del Pequeño Principado con unos paisajes de los acantilados sobre el mar espectaculares.Atravesamos los pueblos de La Turbie donde destaca un trofeo romano, un original monumento que sólo hay dos iguales en Europa (el otro se encuentra en Rumanía).Llegamos a Roquebrune, lugar donde está enterrado Le Corbusier, y por Menton, el último pueblo de Francia. Seguimos por territorio italiano pero descartamos la idea de llegar hasta San Remo. Damos la vuelta y pasamos por Mónaco, donde damos un paseo por el casino, el puerto y algunos de los lugares más característicos de este hormiguero claustrofóbico de rascacielos con poco encanto.Continuamos de regreso a Niza por la corniche central, donde Hitchcock rodó la película “Atrapa a un ladrón” con Cary Grant y Grace Kelly. Fue durante este rodaje cuando ésta conoció al príncipe Rainiero con quién se casaría unos años más tarde. Paradójicamente, murió de accidente en la misma carretera el 14 de septiembre de 1982.