No entiendo de planes de futuro, ni de ataduras de ningún tipo. A veces no me manejo entre deberes y obligaciones y me pierdo buscando algo de sensatez. Hay muchas cosas para las que no estoy hecha, muchas cosas a las que no me podré acostumbrar. Estoy condenada a ello, y créeme, me pesa.
Sobre todo cuando me levanto y pienso que aún no nos he matado; al final siempre me doy de bruces contra el suelo. Algún día tendré que parar de magullarme las rodillas, de reabrir heridas que en realidad nunca se cerraron. Quién sabe si lo harán.
Podría decir que lo siento pero, ¿de qué serviría? el daño está hecho. Podría pedirte que me perdones pero, ¿lo merezco? Quizá no sea justo.
Llorar por las esquinas es ahora mi mejor medicina, tendré que ingeniármelas con eso. Creo que toca mirar más por ti que por mí, así que no quiero meterme en tu camino, sabemos que no soy más que un obstáculo. Márchate, haz de ello lo mejor. Tienes esa habilidad, la de hacer de flores marchitas un ramo lleno de vida.
Puedes creer que todo lo que digo es mentira, o puedes creer que te sigo amando. Yo me decanto más por la segunda, pero esta vez tira tú el dado.
Siento que tuvieses que encontrarte conmigo, siento haber cometido tantos errores. Siento haber perdido tanta felicidad, siento no haber podido aguantar. Hay tantas cosas por las que me desearía disculpar, pero en fin, eso no cambiará la realidad.
No es tan fácil, nunca lo ha sido. No soy fácil, nunca lo seré. Un desastre, tal vez. Mátame, olvídame, cuídate.
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No entiendo de planes de futuro, ni de ataduras de ningún...
Publicado el 23 diciembre 2013 por MoreviTambién podría interesarte :