Abrochaos los mandilones y sacad vuestras gafitas infantiles, porque hoy vamos a viajar hasta nuestra más tierna infancia. Hoy es noche de cuento y se titula No escuches a la Luna. Es un cuento de terror, más bien para niños. O quizá no tanto ¿Alguna vez has pensado que la mágica Luna y su brillante ejercito de estrellas podría dar miedo? Puede que ni tú, ni yo, ni Zaira, lo hayamos pensado nunca. Sin embargo, una noche de eclipse lunar, una estrella atravesó la ventana de Zaira para revelarle la verdad.
La estrella se manifestó como un niño, y ese niño, se llamaba Eridani. Resulta que estaba huyendo. Huía de la poderosa Dama Luna, un ser zafio y diabólico que secuestra a los pequeños que piden deseos ¿podrá Zaira ayudar a Eridani a librarse de la malvada luna? ¿será capaz de dejar atrás sus deseos y no escucharla? Para la respuesta tienes las 170 páginas de No escuches a la Luna de Marina Tena Tena, editadas en un cómodo formato bolsillo y con un buen puñado de preciosas ilustraciones a cargo de Libertad Delgado.
No escuches a la Luna se lee rápido y sin pausa, con cadencia de cuento y cierto escalofrío interior. Tal cual consigue Neil Gaiman en obras más tiernas como Coraline, Marina recubre su historia de un ambiente tenebroso virando a toda máquina desde una inocente historia infantil de amistad de forma natural hacia el terror y el drama familiar. Es una historia corta, poderosa para los más pequeños, pero que también disfrutable cualquier adulto que guste de este tipo de cuentos. Como valor añadido, Marina trata de acercar las costumbres y tradiciones musulmanas de forma natural en la historia, con algunos términos que pueden despertar interés y formando parte del Proyecto Unhu.
Y como buen cuento, la cosa no queda ahí. Siempre tenemos moraleja, que no moralina. A las habituales lecciones de amistad e importancia de la familia, en No escuches a la Luna se suma una imprescindible: trata bien a los demás y se considerado con ellos. Marina va construyendo este aprendizaje en Zaira, poco a poco, poniendo énfasis en la llegada de un nuevo ser humano a su familia. Por todo ello, tanto el pequeño escalofrío de la historia como las preciosas ilustraciones de Libertad Delgado, se me antoja un regalo perfecto para cualquier niño con más de 9 años durante estas navidades.
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