Uno de los jugadores que más expectativas generaba de cara al Clásico de España fue Cristiano Ronaldo. Era la gran chance de demostrar de qué estaba hecho, ya que en varios de los clásicos en que jugó mostró poco y nada. Sin embargo, parece ser que éste fue su peor desde su llegada a la Casa Blanca.
En líneas generales, el portugués estuvo vagando por la intrascendencia. No tuvo muchas apariciones durante el partido. Eso se notó más que nada cuando el Real Madrid estaba perdiendo, ya que ese era el marco ideal para que un jugador de sus características apareciese para cambiar la historia (o al menos, para intentarlo). Nada de eso ocurrió, y, por ende, se fue con las manos vacías.
Eso no fue todo, ya que las chances que tuvo el ex Manchester United no las resolvió bien. Casi ninguno de sus disparos tuvo como destino final el arco defendido por Víctor Valdés. En el minuto 18, en lugar de cambiar para Di María, probó desde fuera del área, y el arquero blaugrana apenas se movió para atajar el tiro. Luego, en el 24′, y aún con el marcador 1-0, llegó una de las más claras: tras una gran jugada de Karim Benzema, recibió de primera, y su disparo se fue a cualquier lugar, menos al interior de los tres palos. En ella también estaba como posible receptor el volante rosarino.
La gota que rebalsó el vaso de paciencia de los merengues fue el cabezazo en el minuto 64 que se fue apenas desviado. Allí, empezó la silbatina generalizada hacia él, quien tampoco tuvo puntería en una de sus especialidades, los tiros libres.
Pasó otro clásico. Pasó otra victoria del Barcelona. Y pasó otro partido en el que decepciono CR Siete. O mejor dicho, CR Ausente.