No ganamos porque nos creemos los mejores

Frase hecha si las hay, parece ser el mal de todo le que ocurre en la selección Argentina. Desde hace años que las derrotas, sean cual fuera el rival, el entrenador o el equipo, son porque nos creemos los mejores. Un argumento tan minimalista en el que no puedo compartir una palabra.

Sería importante aclarar qué es creerse los mejores. Mejor dicho, habría que preguntarles a los que piensan esto, cómo se juega cuando te creés mejor. ¿Se juega relajado? ¿Se juega peor? Personalmente, no me queda claro. No me consta que un equipo cuando es y se sabe mejor que el rival, vaya a perder. ¿Acaso el Barcelona no se sabe mejor contra el Getafe, el Almería y los golea igualmente?

Adjudicar las culpas a algo moral o psicológico es reducir la parte de trabajo. Es obviar los nombres de los jugadores convocados, lo que propone el entrenador, el rendimiento colectivo e individual en ese partido específico. En fin, me parece que hay cientos de cosas antes.

Por otro lado, estoy convencido de que Argentina no es el mejor, pero sí que tiene a algunos de los mejores jugadores del mundo. Ìdolos en sus clubes, desequilibrantes, figuras estelares de las ligas más prestigiosas. Imposible no mencionar a Messi. ¿No fue Agüero el pase más comentado del verano? ¿No es Pastore la debilidad de muchos y figura del renovado PSG? ¿No fue Tevez -gustos al margen- el goleador de la Premier League pasada?

La lista podría seguir. La materia prima es de una calidad de primer nivel, aunque falta el segundo paso que es el armarse y con un proyecto serio, lineal sacar lo mejor de cada jugador. Ahí está la falla desde hace algunos procesos: no encontrar el equipo ni continuar una idea. Negar que Argentina tenga de los mejores jugadores es un error y creerse el mejor equipo, también. Es importante tener los pies en la tierra y ser realistas. Todavía hay una sangría para llenar, que Sabella, en sus primeros partidos, parece estar dispuesto a llevar a cabo.