Osasuna planteó el partido ideal y lo ejecutó a la perfección. Máxima concentración, presión en todos los sectores de la cancha y efectividad para concretar su primera aproximación. Incluso logró poner nervioso a su rival y lo obligó en reiteradas ocasiones a tirar pelotazos. Sin embargo, hubo un detalle que no pudo controlar: el genio de Messi. Dos apariciones casi consecutivas del astro rosarino dieron vuelta la historia para el Barcelona, que ganó 2-1 un duelo complicadísimo.
La camiseta es extraña, el autor de los goles es siempre el mismo
No había sido un gran partido de Lionel, perdido en un mar de camisetas rojas que corrían sin pausa y no dejaban espacios para el habitual control de pelota culé. La marca de los de Pamplona comenzaba desde la salida de Victor Valdés, se prolongaba a los defensores, y así sucesivamente. No encontraba los caminos el multicampeón, que a pesar de todo contó con algunas situaciones que no pudo convertir.
Para colmo de males, a los 15 minutos del primer tiempo el Osasuna se puso en ventaja. Lamah desbordó por la izquierda, tiró el centro pasado y Joseba Llorente entró por atrás para empujarla a la red desde una posición muy cerrada, para lograr una ventaja tan merecida como impensada. ¿Se refugió el local después de la conquista? Nada de eso, siguió jugando de igual a igual, arriesgando y complicando a los dirigidos por Tito Vilanova.
Los minutos pasaban y la incredulidad iba en aumento, logrando su punto máximo cuando a los 25 del complemento Nino desperdició un mano a mano que se había gestado en un robo de pelota en la salida de Sergio Busquets. El sucesor de Pep Guardiola intentó torcer el rumbo con los ingresos de Pedro Rodríguez, Xavi Hernández y David Villa, pero nada parecía dar resultado.
Todos abrazan a Messi, genio y figura una vez más
Hasta que el genio frotó la lámpara, y todo volvió a la normalidad. A los 32, luego de una de sus habituales apiladas, descargó para Alexis Sánchez. Parecía que la jugada se había ensuciado pero ahí estaba el número 10, en el borde del área chica, para lanzarse al suelo y mandarla al fondo de la red. No conforme con eso, tres minutos más tarde, recibió de Jordi Alba y con un zurdazo de primera la acomodó junto a un poste. Una ráfaga nomás, pero más que suficiente para volver con los 3 puntos a Cataluña.
Más allá de la victoria, deberá replantearse unas cuantas cosas el Barcelona, sobre todo de cara al trascendental encuentro del miércoles, por la revancha de la Supercopa española frente al Real Madrid. El Osasuna, en cambio, podrá irse con la tranquilidad de haber jugado al tope de sus posibilidades, pero seguramente con la frustración de quedarse con las manos vacías, solo porque del otro lado hay un petisito que juega más o menos bien a esto…
publicado el 27 agosto a las 13:58
bien barcelona con el genio