Revista Cine
No hay duda: este es el fin del mundo tal y como lo conocemos (y me siento bien)
Publicado el 22 septiembre 2011 por AlfonsoMi abuela materna contaba que desde pequeña escuchaba que el mundo iba a desaparecer. Claro que ella había nacido a los pocos días de que el Titanic se hundiese, todo lujo y vanidad, olímpico y real, rodeado de trozos de hielo, hecho que se lo debieron recordar más de cuatro veces en su infancia. Y después de los mil quinientos muertos por ahogamiento o hipotermia vinieron las guerras, de allí, de aquí, de allí de nuevo; el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, que le causó un gran impacto, tal vez por simpatía con el militar norteamericano que rondaba a la mayor de sus dos hijas; la muerte de Franco, con lo que ello trajo de temores y miedos pasados, y las tragedias personales, las que hacen de cada familia una bien distinta pero igual al resto. Y ni con todo ello pregonó que el final estaba cerca: sabía que el suyo la alcanzaría antes que se produjese el hecho.
Cuando hace unos meses descubrí la noticia que hablaba de la tormenta solar que cobrará especial relieve en 2012 me pregunte cómo el hombre puede ser tan estúpido como para no darse cuenta que en realidad en manos de la naturaleza es menos que cero. Y pensé que me alegraría llegar con vida y razón a esos días -en ello estoy- para comprobar qué hay de cierto en la precisión científica, cuánta sabiduría o soberbia existe en esa comunidad que alardea de estar en posesión de la verdad, ese grupo de mentes, privilegiadas y envidiadas, incapaces de comprender cómo puede existir un planeta que gire alrededor de dos estrellas de menor masa que la solar -Bauticémoslo Kepler-16 (AB)-b, seamos lógicos y sencillos, colegas-, o de adivinar que el próximo e inminente meteorito en impactar con nuestro planeta el viernes 23 de septiembre lo hará en la franja que va del norte de Canada al sur de Suramérica, sin precisar si creará un nuevo canal interoceánico a la altura de Nicaragua o lloverá fuego y basura espacial sobre el Amazonas y acelerará su desforestación -no asustemos a la población, colegas, -dijo otro loco de pelo cano y alborotado-. ¿Se entiende mejor ahora por qué algunos preferimos leer a Cervantes o Hesse, a novelistas o poetas, antes que a empíricos y ensayistas? Sí, todo está en los libros, en los de cuentas de los bancos y en el resto. (A menudo, sin cataclismo ni maldición de por medio, me pregunto también acerca de la estupidez humana cuando veo cómo algunos políticos permanecen en sus cargos después de no ser capaces de curar, no ya prevenir, los problemas cotidianos de sus conciudadanos, dejar que los extranjeros meridionales se las apañen con sus generales y plagas: debo descansar.)
Y por si todo ello no fuera suficiente para hacernos sentir ridículos e insignificantes nos llega la noticia de que los cuatro músicos que coincidieron en Athens (Michael Stipe, Peter Buck, Mike Mills y Bill Berry), tres desde que el baterista decidiese cuidarse y cuidar de los suyos, dicen adiós: “A nuestros fans y amigos: Como R.E.M., y como amigos de toda la vida y co-conspiradores, hemos decidido dejar de funcionar como banda. Nos vamos con una gran sensación de gratitud, de finalidad, y de asombro por todo lo que hemos logrado. Para cualquiera que alguna vez se sintió tocado por nuestra música, nuestro más profundo agradecimiento por escucharnos”. Aunque en esto de la música los regresos son más que frecuentes, de momento esta nota de prensa es lo que hay.
¡Cómo si no tuviéramos bastante con la Crisis, el dra(c)ma griego y las matemáticas pugilísticas de Alabado Obama!
El mundo cambia, pero no con rapidez y no para todos. It's been a bad day... Should we talk about the weather? Should we talk about the goverment?
El RMS Titanic