- Lactancia materna o lactancia artificial?
- Vivir en el campo, con los beneficios de la naturaleza, o vivir en la ciudad, con los perjuicios de la contaminación?
- Mantenerlos sentados y sin ningún entretenimiento a la hora de comer, aunque con ello no consigamos que coman, o dejarles jugar mientras comen y entretenerles de mil y una formas con tal de que coman?
- Obligarles a comer, o respetar su (falta de) apetito o su (dis)gusto por la comida?
- Acostarte con ellos para que se duerman, e incluso colechar, o acostarlos y "ya te dormirás"?
- Fumar delante de ellos, o no hacerlo jamás?
- Gritarles cuando nuestra poca paciencia sobrepasa su límite, o no gritarles nunca?
- Castigarles, o no hacerlo nunca convencidos de que no sirve de nada?
- Premiarles como refuerzo positivo, o no hacerlo porque no es lo correcto?
- Darles besos en la boquita, o considerar que darle besos en la boquita puede resultar antihigiénico y no dárselos?
- Guardería o abuelos?
- Portabebé ergonómico o mochila colgona?
- Malamadrear sin niños, o llevarlos siempre con nosotras a todas partes?
- Magdalenas caseras o bollería industrial?
- Leerles cuento cada noche, o no hacerlo, con las ganas que tienes de que se duerman ya?
- Decir tacos delante de los niños, o controlarse y no decirlos nunca?
- Publicar fotos con su cara en internet, o pensar que ni de broma! Internet lo carga el diablo?
Y así podría seguir y seguir, y seguro que a vosotras se os ocurren mil y una parecidas.
Tranquilas, esto no es cuestionario para saber quién es la mejor madre del año, y menos aun la peor. En serio, ¿alguien se cree con la autoridad moral de juzgar a otra madre por cualquiera de estas acciones? Y me da igual la dicotomía de leche materna o artificial que la de portabebé o mochila colgona. De todos estos ejemplos y de otros que se nos puedan ocurrir, hay varios que tienen una de las opciones buena y la otra mala menos buena; varios tienen ambas opciones buenas, ni mejor ni peor que la otra; otros pueden tener una correcta y otra claramente incorrecta, sin olvidar que hay algunos ejemplos de cosas que quizá se hacen por desconocimiento.
Dudo que conscientemente ninguna madre haga nada por dañar gravemente a su hijo, y seguro que la mayoría nos debatimos entre las diferentes opciones.
Sobre cada una de ellas tengo mi propio criterio y opinión formada. En unos casos mi opinión es obvia y seguro que coincide con la mayoría, por ejemplo en lo de los tacos; ahí no hay debate, todos coincidiremos en que no deberíamos decirlos delante de los niños. En otros ejemplos, la opción elegida puede no parecernos la mejor, pero determinados condicionantes pueden llevarnos a ella, como podría ser el caso de vivir en la ciudad en lugar de en el campo, con lo sano que es respirar aire puro. O el caso de la lactancia artificial, que no conozco a nadie que diga que es mejor que la materna, pero como no ser la mejor no es motivo para desechar una opción que tampoco es mala, ya que hay otros factores (llámese dolor, llámese comodidad, llámese estética), pues hay quien opta por ella, o recurre después de probar la otra. También hay ejemplos en los que mi opinión no siempre ha sido la misma; de hecho, en el tema colecho (ocasional) mi opinión desde que nació Bruno dista bastante de la que tenía cuando solo estaba Marcela. Aún recuerdo llegar a pasarme dos horas con ella en brazos sentada en una silla en su habitación, sí, haciéndole compañía y atendiéndole durante esa racha de maldormir que tuvo durante un mes con un año y medio, pero todo con tal de no llevarla a nuestra cama. Ahora no lo haría ni de coña; ahora la cogería y la acostaría con nosotros, todos a dormir tan contentos, ella más que nosotros, también es verdad.
Y aquí me la juego, esperando explicarme bien. A mí personalmente me parece "peor" fumar delante de tu hijo que darle leche artificial. Lo segundo está demostrado que no es perjudicial aun siendo mejor la leche materna; fumar sí perjudica, lo mires por donde lo mires, ya sea por la toxicidad del humo o por el ejemplo que se les da y que pueden llegar a copiar. Y vaya, no sé si me equivoco, pero creo que si tuviéramos el poder de decidir entre que nuestros hijos en un futuro sean fumadores o no lo sean, todas, incluidas las fumadoras, elegiríamos la opción del no. Pero por el motivo que sea, hay muchas madres que fuman estando con sus hijos, ¿y? Tengo muy buenas amigas que lo hacen y puedo asegurar que son madres excelentes, que quieren, protegen y cuidan a sus hijos de forma irreprochable.
Y yo, ¿me creo perfecta? ¿Acaso la perfección existe?
Yo, a pesar de saber y defender que no es correcto, digo mil y un tacos delante de mis hijos, y de los hijos de otros, que es aún peor. Vivo en ciudad, paso de irme al campo aun sabiendo que mis hijos podrían criarse mejor (o no, quién sabe). En Navidad mis hijos reciben tropecientos regalos; ahí, educándoles en la abundancia. Y grito, no creo que mucho, pero sí más de lo que me gustaría y de lo que debería. Ah! Y mis dos hijos se han criado con leche artificial después de probar la materna; Marcela desde los 20 días, Bruno desde su cuarto día de vida, y menos mal. Y encima tengo claro, o creo tenerlo, que si tuviera un tercero ni lo intentaría; no quiero imaginar volver a pasar por ese calvario de dolor; qué se le va hacer, soy una floja. Vaya, pues no parecen ejemplos de educación perfecta, ¿pero acaso quiere decir que vaya a causar un trauma en mis hijos por algo de esto, o que estén desatendidos, o indica despreocupación como madre por mi parte? Está claro que no, y si alguien piensa que sí el problema está claro quién lo tiene.
Y todo esto puede resumirse en dos simples frases: "Vive y deja vivir" y "mírate el ombligo antes de juzgar a nadie".
Y cambiando de tercio, espero que este post sea el de mi (re)vuelta definitiva al blog. He estado casi cinco meses sin publicar y lo he echado de menos. Estoy preparando cambios en el blog y mi idea era volver cuando estuviera todo listo, que esperaba que fuese ya, pero no ha sido posible. Así que, ¿por qué publico hoy? Porque hoy hace 3 años de mi primer post. Sí, tres años desde que soy bloguera y nunca antes había regalado ni celebrado nada, y ya toca.
He comprado un boleto de la ONCE con el número 13212, la fecha del lanzamiento del blog, 13 de febrero de 2012, y si toca quiero repartirlo con vosotros como forma de agradeceros que estéis ahí. Lo más fácil y seguramente más justo creo que sería hacerlo con todos aquéllos que me dejéis un comentario al final de este post. Eso sí, identificaros bien, aseguraros de que sé quiénes sois (Twitter, mail, perfil personal de FB... como queráis). El sorteo será el próximo viernes, día 20. Tenéis de tiempo para ser considerados como posibles beneficiarios todos aquéllos que comentéis hasta las 19:00 horas del mismo día del sorteo.