P(u)ateando la vida. Otro blog de Golcar
Yo, en un afán de auto protección y supervivencia, cada vez, salgo menos. Trato de ir lo menos posible a supermercados para evitar deprimirme. Dejé de ir a caminar por temor a la delincuencia. Con alguna gente no paso del «Hola» y el «Aquí, la misma vaina», huyendo a la consabida retahíla se ayes, lamentos, quejas, que terminan dejándome una opresión terrible en el pecho y profundas ganas de llorar, primero, y de matar, después.
Pero la realidad busca como filtrarse por cualquier rendija, el país aprovecha cualquier grieta para deslizarse hasta el tuétano de mis huesos y dejarme con la sensación de palo de agua adentro, tiritando, aunque afuera brille un sol abrasador.
A veces la fortaleza de mi Torre de Marfil, se vence.
Fue así como se filtró Alexander.
Tocó la puerta de mi tienda y entró. Joven. Cercano a los 30. Buenmozo…
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