El fútbol, a veces, guarda cierta lógica. Por algo ambos conjuntos están hundidos en el fondo de la tabla, sólo por encima de Lanús y Olimpo. Por algo son dos de los equipos menos goleadores del torneo, superando únicamente a All Boys y Godoy Cruz. Por algo Leonardo Madelón abandonó su cargo y Alfio Basile amenazó con renunciar al suyo. Con estos antecedentes, no resulta extraño lo que finalmente ocurrió: Racing y San Lorenzo otorgaron un pobre espectáculo, empataron 1-1 y continúan con su pobre presente en el Torneo Clausura. El conjunto de Boedo, además, continúa en zona de promoción, a 10 fechas de la finalización del certamen.
La fricción fue la constante en el clásico
Sin embargo, hubo una diferencia fundamental entre ambos equipos: mientras que San Lorenzo no quiso ganarlo, Racing intentó pero no pudo, tal vez porque no supo. De la mano del colombiano Giovanni Moreno –todavía no está recuperado físicamente pero demuestra en cada toque que es distinto a los demás– y un incansable Agustín Pelletieri, generó las mejores chances, hasta que en una pelota parada a los 32 minutos se puso al frente en el marcador con un cabezazo de Matías Martínez.
Ni siquiera la desventaja alteró el plan de los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi, quien hacía su debut en el banco azulgrana. Rispidez en el mediocampo (sus cuatro volantes titulares fueron amonestados), disciplina táctica y dejar las oportunidades de gol en manos del azar. Así fue como encontró el empate, con una dosis de suerte que se combinó con una imperdonable distracción de la defensa académica.
Pelletieri y Buffarini, dos de los mejores, luchando por el balón
A los 41 minutos Julio Buffarini (el mejor del Ciclón, por lejos) encaró desde la izquierda hacia el centro, pateó al arco pero su tiró se desvió y le cayó a un descuidado Nicolás Bianchi Arce. El central, habilitado pese a las protestas rivales, se la bajó a Emanuel Gigliotti, quien de cabeza la empujó a la red.
En el segundo tiempo no pasó mucho más. A decir verdad no ocurrió casi nada. Racing siguió intentando sin demasiadas ideas, pero pudo haberlo ganado con un remate de Lucas Castro que se estrelló en el poste. San Lorenzo también tuvo alguna chance, aunque pareció conformarse con el empate a medida que iban pasando los minutos.
Terminó en igualdad finalmente. Para los de Avellaneda, un alivio tras las dos derrotas consecutivas, sobre todo de a cara al clásico del próximo sábado ante Independiente. El visitante, por su parte, logró despegarse de Tigre en su lucha por permanecer en Primera División y consiguió algo de tranquilidad para que su mediático entrenador pueda trabajar en la semana. Y vaya si tendrá que trabajar…