- El pasado 28 de Junio se cumplió el 34 aniversario de la muerte de José María Portell, el primer periodista español asesinado por la organización terrorista ETA. Estaba casado con la periodista Carmen Torres Ripa y era padre de cinco hijos. Deia lo publicó puntualmente ese día tan señalado para la escritora y periodista a quien recibimos hoy en nuestro rincón de "Curiosón invitado".
Carmen Torres Ripa
Escritora. Periodista.
He despertado, como dice Gabriel Celaya, con los ojos lavados de pensamientos. Vuelvo a recordar con paz, porque el pasado va dejando en mi alma un rastro de serenidad. Veo el periódico y sonrío. Vienen a mi cabeza las últimas noticias encadenadas como banderas de papel, que ya se han quemado, por ridículas, en la hoguera de San Juan; hasta los rescoldos son vanos cuando se retorcían en el fuego.
El Ejército en el Gorbea. ¿Para qué? Nadie va al monte con uniforme y mosquetones en plan de reconquista. Reconquista ¿de quién? ¿De qué? ¿Por qué comparar al Ejército con el Athletic? ¿No será que queremos buscar símbolos cuando ya las palabras carecen de ideología? Mariano Rajoy, primer ministro de las Islas Salomón. Al pobre hombre, que tuvo que esperar dos horas para pronunciar su discurso en la cumbre de Río+20, el portavoz de la ONU le confundió y, como somos imaginativos, lo vemos con vestido ritual pidiendo ayuda a los dioses para enmendar el despiste. Pero, risas aparte, los mandatarios de este lugar paradisiaco en el océano Pacífico le han regalado residencia gratuita y oficial. Y más, mucho más. Pero no a todo se le puede sacar una gota de humor. Me sorprenden frases, fotos y actitudes que carecen de gracia o son de santidad suprema, aunque los santos -laicos o religiosos- prefieren pasar inadvertidos. Me cuesta no juzgar, pero como me he lavado con el agua mágica de San Juan y el solsticio de verano no me permite entrar en sus días con malos pensamientos, les diré que hoy es 28 de junio, aniversario de la muerte de José Mari Portell. Ocurrió hace 34 años. No es una fecha redonda, es una fecha para recordar en la intimidad. En este tiempo los periódicos se nos han llenado de víctimas que piden justicia, homenajes, memorias… Todo me parece justo, pero jugar con el fuego tiene el peligro de abrasarse como en las sanjuanadas. Y he visto, con profundo susto, los encuentros de víctimas con terroristas. Mirar a los ojos de quien asesinó a tu marido, tu hijo, tu padre o tu hermano, creo que es una disciplina de héroes, si la conversación termina en perdón; o de masocas, si se mantiene el no perdón. ¿Para qué y para quién es este extraño circo de reconciliación mal entendido? No odio, y no quiero odiar, pero hay que evitar la provocación. Creo que es posible llegar a ese sentimiento negro si veo la cara de quién disparó "sin sentido" tres tiros a José Mari. De la muerte no me interesa conocer detalles. Perdonar es más fácil si cierras los ojos y, sin luz, buscas la otra luz del cielo. Allí hay un círculo de mil colores que al unirse estallan en un blanco luminoso. Prefiero pensar que, en un día de este solsticio de verano que empieza, José Mari subió al Gorbea con su hijo Gabriel y se perdieron con la dama de Anboto y, cuando regresaron a Portugalete, me dijeron que la niebla se juntaba con el cielo y no veían, pero sabían que había una luz y esa luz les trajo de nuevo a casa. No necesitaron el reflejo de los mosquetones militares sino el instinto de que el sol, aunque escondido, estaba con ellos. La naturaleza es un misterio de simbiosis perfecta. Esta semana, en Errazkin, junto a las Malloas -"es monte macho", decía Remigio Mendiburu- y Ostalde -sin duda hembra- vimos esa unión de la naturaleza con el alma. Los dos montes se miran y se quieren entre los cerros del Aralar. Es un enigma de presencia eterna en este mes de junio que termina. Ahora vuelve el verano -nuestro primer verano en paz- y el camino mejor para empezarlo es lavarse la cara con el agua mágica del perdón. Pero la palabra perdón es muy comprometida. El amanecer, ese estado del día en que el sol empieza a levantarse de su letargo nocturno, no agrada a todos. Sortu, con un sol amarillo sobre fondo anaranjado, empieza su camino legal. Es una ilusión para esta tierra sufriente. Pero siempre hay piedras en el camino y los insatisfechos se niegan a aceptar y quieren, en un más difícil todavía, ilegalizar Bildu. Creo que vivir es lo que importa. Vivir con odio es imposible. Y siempre hay que recordar. Dicen los sabios que lo que se olvida se repite. Pienso que José Mari aportó su sangre en la historia de la Transición. Cuando veo el derroche de recuerdos embalsamados en lágrimas secas, la insistente presencia de los que se han ido, me sorprendo. Yo ya no sé llorar con el sentimiento que veo en otras personas después de tantos años. No sé, porque las lágrimas también tienen su momento y el dolor da interludios de melancolía y largos conciertos de serenidad. No tengo tristeza en la cara, quizás por sentir el amor cerca. Los que están en el más allá no nos necesitan. Ayer leí de nuevo el poema que Gorriti tiene clavado en una pared de su casa: "En vida, hermano, en vida". Las palabras son vacías y los llantos no despiertan a los que duermen en la eternidad. "No llenes las tumbas de flores -dice el poeta nicaragüense- llena de amor los corazones. En vida, hermano, en vida. Nada de funerales. En vida". Si algunos que sufren y se niegan a parar el dolor me escuchasen… les diría que el tiempo de las penas hay que dejarlo para sembrar el futuro en esta vida y dar cariño a los que tenemos cerca. Podemos conseguir una buena cosecha con el agua de las lágrimas que hemos derramado. Ahora, cuando estoy más cerca de irme que de quedarme, llega el tiempo de los poemas, de disfrutar el sonido de las palabras en verso. He leído en internet un escrito bellísimo de un compañero periodista mexicano, Mariano Osorio, que se puede decir al oído como un canto de amor: "Si muero antes de ti, hazme un favor Llora cuanto quieras, pero no te enojes con Dios por haberme llevado Si no quieres llorar, no llores Si no logras llorar, no te preocupes Si quieres reír, ríe Si algunos amigos te cuentan algo de mí, óyeles y cree lo que te digan Si me elogian demasiado, corrige la exageración Si me critican demasiado, defiéndeme Si quieren hacerme un santo solo porque me morí di que yo tenía algo de santo, pero que estaba lejos de ser el santo que dicen Si quieren hacerme un terrible perverso muestra que tal vez yo tuve algo de malo, pero que toda la vida procuré ser bueno y, sobre todo, que toda la vida traté de ser mejor Si quieres escribir algo de mí Ojalá lograras decir solo una frase Fue mi todo, creyó en mí y me adoró. Ahí entonces derrama una lágrima Yo no estaré presente para enjugarla pero no hace falta Pues tal vez alguien lo hará en mi lugar Y viéndome bien sustituido Iré a atender mi nueva tarea en el cielo Pero, de vez en cuando, da una escapadita hacia Dios seguramente no me verás, pero yo estaré muy feliz viéndote a ti mirando hacia Él".
Ha trabajado en medios como La Gaceta del Norte, El Correo, ETB, Telecinco, Radio Euskadi y Deia entre otros. Torres Ripa publicó en 2000, Leonora y en 2011 la novela histórica "La mujer de las nueve lunas."
Algunos de sus libros:
¬ Mujeres Vizcaínas (1996). Fundación Kutxa
¬ Cocina de fiestas (1997) Fundación Kutxa
¬ Leonora. (2000) Ed. Salamandra. Leonora no se contenta con su papel de musa, sino que reivindica también su derecho a la creación artística, para lo cual deberá luchar por ese espacio de libertad con que soñaban las mujeres de su época.
¬ La mujer de las nueve lunas (2011) Edt Plaza y Janés.- La primera novela sobre el personaje más fascinante de la Edad Media: Hildegard de Bingen, la mujer de las nueve lunas. Samuel Beyhe, un joven sacerdote experto en mística en plena crisis de fe, recibe un encargo de sus superiores vaticanos: investigar la vida y obra de Hildegard de Bingen, una abadesa de la Edad Media, teóloga, profetisa y visionaria, que revolucionó la jerarquía eclesiástica de su época. Lo que empieza siendo una investigación, pronto se convierte en una vertiginosa carrera por descifrar una profecía que afectará irremediablemente al papel de la mujer dentro de la Iglesia Católica.