Ante los nuevos hechos de violencia registrados en el país, particularmente en Jalisco, es preciso recordar una de las principales recomendaciones que hiciera a los jóvenes el Papa Francisco en su reciente visita: evitar la resignación, el conformismo.
Lo sabe el Papa tanto como los mexicanos que desde hace años peinamos canas: el clima de violencia que hoy vive este país no es normal, o sea, no era tan común hace más de 40 años cuando en primer lugar había gobiernos interesados en la seguridad pública, y en segundo, había más respeto a la vida de las personas, sobre todo de las mujeres y los niños, a quienes hoy suelen torturar y asesinar sin misericordia.
Obviamente, muchos de los jóvenes que nacieron en los años 80 o 90 del siglo pasado ignoran que antes de su tiempo estaba prohibido portar armas de fuego en la vía pública y que quienes lo hacían, pagaban las consecuencias; hoy, cualquiera puede portarlas y usarlas con la complacencia de funcionarios ineptos y corruptos.
En otras palabras, de acuerdo con el máximo líder espiritual de los católicos, los mexicanos no podemos resignarnos, acostumbrarnos a un clima de violencia que históricamente debe ser temporal, pasajero, sujeto a circunstancias económicas, políticas y sociales en las que es necesario profundizar, pero que nada tienen que ver con algo definitivo o con aquello de que “esta es la vida que nos tocó vivir”.
Claro está que para cambiar el curso de esta terrible historia se requiere mucha voluntad de todos los mexicanos, especialmente de los jóvenes.
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy Jalisco en su edición del viernes 4 de marzo de 2016.
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