En el Reino Unido, el Tribunal Superior de Justicia ha rechazado la petición de una mujer de utilizar los óvulos congelados de su hija fallecida por cáncer con el propósito de concebir a sus nietos. Parece ser que inicialmente cursaron la solicitud en el HFEA (Autoridad de Embriología y Fertilización Humana), un organismo que entre otras funciones tiene la responsabilidad de conceder permisos para procedimientos de fertilidad, supervisar las clínicas de fertilidad del país, o las investigaciones que se lleven a cabo con embriones humanos entre otras.
La HFEA rechazó la solicitud de esta mujer y su marido para poder recoger los óvulos congelados de su hija fallecida y llevarlos a Estados Unidos, allí serían fecundados con esperma de un donante para poder concebir a sus nietos. Este organismo argumentó que no se podían retirar los óvulos congelados ya que su hija no dio su consentimiento por escrito antes de morir el pasado 28 de junio de 2011. Tras el rechazo, la pareja decidió acudir al Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido, uno de los argumentos utilizados por los abogados de estos padres era que su hija quería tener descendencia y por eso le pidió a su madre que se encargara de ello.
El Juez que llevó el caso sentenció que la HFEA no había violado los derechos humanos de la familia y sintiéndolo mucho este organismo tenía toda la razón al negarse a facilitar los óvulos congelados de su hija, por lo que desestimó la alegación a pesar de reconocer que lo que quería esta mujer era cumplir el último deseo de su hija. El juez ha manifestado tener mucha simpatía por la pareja y comprender sus intenciones y situación, pero también explicó que no se podía hacer nada al respecto. Como daño colateral, esta pareja ha tenido que hacer frente a un pago de 10.000 libras por gastos legales a la HFEA.
Con la actual legislación y sin un consentimiento por escrito no se pueden utilizar los óvulos de una hija muerta para concebir a los nietos, si el Tribunal hubiera sentenciado a favor de esta mujer, se habría convertido en la primera mujer del mundo en quedarse embarazada utilizando los óvulos de una hija fallecida. Hay que decir que este caso se ha examinado con minuciosidad y en tres ocasiones, la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana asegura que ha sido consciente de lo delicado que era el tema y que una negativa podría romper el corazón de la pareja solicitante, pero hay que trabajar dentro de la legalidad y si no hay consentimiento por escrito no se puede hacer nada.
Hay que matizar que la hija fallecida cumplimentó un formulario dando el consentimiento a la HFEA para que sus óvulos fueran utilizados tras su muerte, pero no cumplimentó el formulario en el que se explica cómo se podrían utilizar dichos óvulos. Quizá esta pareja siga intentando cumplir la voluntad de su hija, ya que todavía queda un recurso, el Tribunal de Apelaciones, aunque es poco probable que se puedan producir cambios porque la legislación es muy clara y la HFEA tiene todas las de ganar.
Este es uno de esos casos curiosos y excepcionales, quizá la legislación no debería ser tan estricta y tener un componente humano, pero si este caso hubiera tenido una sentencia favorable, posiblemente se habrían presentado más peticiones, por lo que entonces una legislación no tendría sentido. Por otro lado hay otro argumento, la mujer con 59 años supera con creces la edad recomendada para tener un bebé. Podéis conocer todos los detalles de esta curiosa noticia a través de este artículo publicado en Daily Mail.
Foto | Bruno C. Vellutini
Enlace permanente:
No se pueden utilizar los óvulos de una hija fallecida para concebir a los nietos