Revista Psicología

No somos miedosos… Aprendemos a tener miedo

Por Miriam100890

No somos miedosos… Aprendemos a tener miedo

Todos sin excepción tenemos miedo de algo. Pero... ¿Qué es el miedo? ¿De donde sale? ¿Por qué a unas personas les dan miedo unas determinadas cosas y a otras personas otras diferentes? y... ¿Por qué a veces nos dan miedo cosas que sabemos que no suponen ningún peligro?

El miedo cumple una función muy adaptativa que es avisarnos de que hay algún peligro y de que por lo tanto tenemos que hacer algo para remediarlo. Sin embargo no todo lo que tememos (me atrevería a decir que ni la mitad) supone un peligro real entonces ¿Por qué seguimos teniendo miedo?

La respuesta es sencilla, no somos miedos, no nacemos con miedos. Nacemos con la capacidad de sentir miedo y en función de nuestra historia personal aprendemos frente a que cosas debemos sentirlo.

¿Crees que si dejan a un bebé al lado de un León que se está echando la siesta sentirá algún tipo de temor o seguirá jugando igual que lo hacía en su cuna? Yo voto por la segunda opción... El bebé no sabe que el león es peligroso y que si quiere le puede convertir en su aperitivo, lo cual es cuanto menos "un poco" doloroso e incomodo. Entonces ¿Que razón hay para temer a ese dulce león que duerme plácidamente?

Puede que haya algunos miedos innatos como a los estruendos, a los golpes, a no tener cubiertas las necesidades básicas, etc... sin embargo la inmensa mayoría de los miedos no vienen de serie, si no que se aprenden después del nacimiento.

¿Cómo aprendemos a tener miedo?

Aprendemos a tener miedo por asociación. Asociamos determinados estímulos con algo que puede ser peligroso, causarnos daño o con determinadas reacciones fisiológicas de activación.

En el caso del experimento mostrado en el vídeo se asocia un estímulo que provoca una respuesta de miedo con otro que en un principio no la provocaba pero que por asociación comienza a provocarla. Albert aprende que cada vez que aparece el ratón pasa algo malo, algo que no le gusta y que le asusta, por lo tanto concluye que el ratón debe ser un aviso de algo malo y por tanto algo que debe temer.

Sin embargo la manera en la que aprendemos a tener miedo a determinadas cosas no siempre es tan clara y tan explicita, de hecho, la mayor parte de las veces asociamos cosas sin darnos cuenta de que este proceso se está dando. Recibimos determinados mensajes, anticipamos determinadas consecuencias, sentimos determinadas emociones, que sin quererlo ni beberlo pueden quedar asociadas a cualquier estímulo del medio.

De pequeños nos dicen que la gente es mala y que no debemos hablar con desconocidos, que si te portas mal te quedarás solo y nadie querrá jugar contigo, que cuando no haces lo que te piden estás desobedeciendo y desobedecer es algo malo que debe ser castigado. No es de estañar que encontremos tanta gente tímida, con fobia social, manteniendo relaciones que no le compensan por miedo a la soledad, soportando trabajos que no son de su agrado o haciendo lo socialmente establecido por miedo a disgustar a su entorno.

Además tenemos días malos, en los que estamos tristes, ansiosos o recibimos noticias que no nos gustan para nada. Y aunque no nos apetezca nada esos días también tenemos que salir a la calle, ir a trabajar, y tomar contacto con el mundo que nos rodea pudiendo asociar estas emociones con cualquier estímulo del medio. Imagina que acabas de recibir una noticia que te genera una gran ansiedad, (se a muerto un familiar, tu pareja quiere el divorcio, suspendiste la oposición, te van despedir del trabajo, etc...) sales de tu casa super activado y te metes al metro donde encima hay mucha gente y hace calor (cosa que favorece el agobio y el malestar), puede que no pase nada y al cabo del rato te relajes, pero también puede que el metro se quede asociado con esa activación, haciendo que la próxima vez que entres al metro te sientas ansioso y de esta manera aprendas a tener miedo al metro. (Esto mismo puede ocurrir con cualquier otra cosa o lugar)

Además nos gusta poco la incertidumbre, y en las situaciones que no podemos controlar tendemos a anticipar consecuencias negativas. He oído a muchas personas decir que prefieren pensar en negativo porque así si el resultado es positivo se llevan una alegría y si no, al menos el golpe no es tan fuerte. Tengo que decirte que esto no es cierto, pensando así solo conseguirás sentirte mal mientras anticipas lo mal que te van a ir las cosas, y te volverás a sentir mal si finalmente te salen tan mal como pensabas. Tampoco te voy a decir que veas todo de color de rosa y que pienses que toda va a salir genial (aunque si tengo que elegir una opción por supuesto me quedo con la segunda), simplemente que no le des vueltas a las cosas que no puedes saber. La incertidumbre es algo que no suele gustarnos, sin embargo la vida está llena de incertidumbre, por lo cual no está de más aprender a tolerarla.

No es raro que cuando tenemos una entrevista de trabajo pensemos que nos va a salir mal, que vamos a suspender ese examen, que esa persona va a rechazar nuestra invitación a cenar, que se van a reír de nosotros y vamos a hacer el ridículo en esa conferencia, que el avión se va a caer justo cuando nosotros volemos, etc. Visto esto no es raro que esas situaciones nos provoquen miedo por asociación con esas consecuencias negativas imaginarias que probablemente solo estén en nuestra mente. ¿Cuantas cosas de las que temes realmente han ocurrido alguna vez? Y de las que han ocurrido ¿Eran tan graves como pensabas?

Los miedos se expanden, se generalizan a otras cosas similares

No solo aprendemos a tener miedo, también aprendemos a generalizar esos miedos a diferentes estímulos con ciertas propiedades similares. Hay personas que tienen más tendencia a generalizar que otras, pero todos tenemos esa capacidad. Lo mismo ocurre con las asociaciones, hay determinadas personas que tiene más tendencia a asociar determinados estímulos entre sí que otros, sin embargo todos tenemos la capacidad de hacerlo, y de hecho, lo hacemos continuamente.

Si te muerde un perro y aprendes a tener miedo a los perros no solamente te dará miedo el perro que te mordió, si no que lo más probable es que te den miedo al menos todos los perros de esa raza, probablemente todos los perros, o porque no, también los gatos o otros animales similares. Si de pequeño se reían de ti en el colegio o has sufrido acoso laboral seguramente no solo te den miedo esas personas, si no que es probable que hayas generalizado ese miedo a todo el contexto laboral o escolar. Si una pareja te dejó y te hizo mucho daño, probablemente concluirás erróneamente que todas las personas del sexo opuesto son malas y te dé miedo iniciar una relación.

Normalmente generalizamos a estímulos cercanos en el tiempo o con propiedades similares al que inicialmente se aprendió a tener miedo. La capacidad de generalizar a nivel adaptativo es sumamente útil ya que si tuviéramos que caernos de todas las ventanas para saber que nos hacemos daño, tuviéramos que pincharnos con todos los tipos de objetos afilados o tuviéramos que tocar todas las serpientes para aprender a tener miedo solo a las venenosas, tendríamos graves problemas.

Tal y como hemos visto en el experimento del vídeo Albert no solo aprende a tener miedo al ratón si no también a la enfermera y a las cosas blancas.

¿Cómo dejar de vivir con tanto miedo?

Tener mido es normal y como he explicado es adaptativo y necesario, sin embargo también es el principal obstáculo que muchas veces tenemos que superar para lograr nuestra metas o hacer aquello que realmente queremos hacer. Para de leer un momento y reflexiona sobre estas preguntas ¿Qué harías no tuvieras miedo? ¿Cómo podría ser tu vida? ¿Qué aspectos cambiarías? ¿Cuáles son los miedos que más te limitan?

Algunas pautas para tener menos miedo

    No alimentes tus miedos con tus pensamientos. Deja de anticipar y aprende a vivir con la incertidumbre propia de la vida. Lo que tenga que pasar pasará y ya lo enfrentarás en su momento si es necesario. Es normal sentir miedo, pero al menos, no lo alimentes con anticipaciones catastróficas esperando lo peor y recreando en tu mente resultados nefastos. Así que cuando te des cuenta de que estás alimentando tus propios medios dite a ti mismo ¡PARA! y céntrate en cualquier otra cosa.Puestos a anticipar, anticipa las consecuencias positivas que tendrás si logras enfrentarte a tus miedos.
    Relativiza. Estamos de acuerdo en que te pueden pasar cosas malas y también en que a lo largo de tu vida seguramente te pasen. También es cierto que cualquier decisión tiene sus riesgos, que quien algo quiere algo le cuesta y que quien no arriesga no gana. Los riesgos existen y es posible que las cosas no nos salgan siempre como nos gustaría. Sin embargo ¿Esto es tan grave?. Aprender a relativizar es algo esencial, las cosas malas muy rara vez son tan malas como parecen y absolutamente siempre podemos sacar algo bueno de ellas. Quizás te ayude pensar que no eres tú el que esta viviendo esa situación si no que es otra persona que te lo está contando. Esto te ayudará a tomar distancia de tus miedos y a ver las cosas desde una perspectiva diferente.¿Es tan grave que te salga mal esa exposición? Vale puede que te echen del trabajo pero ¿Realmente es tan grave? ¿O es una oportunidad para dedicarte a aquello que siempre quisiste? Que esa persona no acepte tu invitación a cenar o no te siga la conversación puede hacerte pasar un rato incomodo, pero ¿Es tan grave? ¿Tienes algo que perder?
    Exponte a aquello que temes y tu miedo desaparecerá. La mejor manera de eliminar nuestros miedos es afrontarlos. Dejar que tus miedos te limiten y evitar ciertas cosas por ellos es la manera perfecta de mantenerlos así que si eso no es lo que quieres lo mejor que puedes hacer es actuar, enfrentarte a ellos.
    Cuando nos enfrentamos a algo que tememos nos damos cuenta de que seguimos vivos, que no a pasado nada horrible y que todo aquello nefasto que anticipábamos puede que no fuera cierto. Además una vez que nos enfrentamos repetidas veces a una situación que nos asusta el miedo desaparece, la asociación se rompe. Y al igual que explicaba en el artículo "¿Por qué el dinero no da la felicidad?" se produce una habituación (la respuesta emocional, en este caso el miedo, disminuye su intensidad) y una posterior extinción (el miedo desaparece).La respuesta de activación producida por el miedo consume demasiados recursos para mantenerse demasiado tiempo así que te aseguro que si te mantienes en la situación que temes durante el tiempo suficiente el miedo desaparecerá, rompiendo la asociación entra esa situación y temor. Si expusiéramos a Albert el tiempo suficiente a estar con un ratón al principio lo pasaría mal y se asustaría pero pasado un tiempo esa respuesta desaparecería y se rompería la asociación entre ratón y miedo.La buena noticia de que podamos aprender a tener miedo a diferentes estímulos es que también podemos desaprenderlo.Así que ya sabes, no dejes que tus miedos vuelvan a limitarte y simplemente ¡Afróntalos!. A corto plazo lo pasarás mal sin embargo en el futuro obtendrás grandes beneficios.
¡Ahora es tu turno!

¿Como sería tu vida si no tuvieras miedo? ¿Cuantas cosas de las que has temido realmente han ocurrido? ¿Ha sido tan horrible? ¿Cuales son las cosas que más miedo te dan? ¿Has logrado afrontar y superar alguno de tus miedos? ¿Se te ocurre alguna otra manera para vivir con menos miedos?

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-Miriam

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