Se ha convertido en algo normal el sentido distorsionado que han tomado una serie de palabras, y da igual el idioma o el país del que estemos
hablando, es una tendencia mundial y podria
decirse que es producto de la globalización.
La RAE (Real Academia
Española de la lengua) tiene unas definiciones que deberían ser válidas
para la gran mayoría de la población, pero sucede lo contrario y, segun
la REA (Realidad Europea Actual) estas palabras sólo cumplen su función
para unos pocos. Otras en cambio han desaparecido por nuestra cuenta y
riesgo, porque la involución humana nos ha ido transformando y nos ha
hecho insensibles a la pérdida de valores que en su momento fueron
importantes pero que hoy carecen de significado. Estas son sólo una
muestra, pero la lista podría ser interminable:
Dirigir: Gobernar, regir, dar reglas para el manejo de una dependencia, empresa o pretensión. Hoy significa robar, expoliar, explotar, aprovecharse de.
Avaricia: Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Se le consideraba una aberración o un desorden, pero en la práctica es un comportamiento normal.
Corrupto: Que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar. Pero según la REA significa político, banquero o persona que se puede poner al frente de grandes empresas, persona de confianza para un alto cargo como consejero o asesor con un gran sueldo.
Libertad: Según la RAE es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra (y de no obrar). Facultad que hoy poseen sólo algunos, los que tienen dinero.
Democracia: Predominio
del pueblo en el gobierno político de un Estado. Ni el pueblo ni los
políticos son los que gobiernan, son los poderes financieros y el
mercado quienes ostentan el poder.
Justicia: Aquello
que debe hacerse según derecho o razón. O hemos perdido por completo la
razón, o carecemos absolutamente de derechos, pero no se está haciendo
lo que se debe hacer (¿O si?)
Derechos: Facultad
del ser humano para hacer legítimamente lo que conduce a los fines de
su vida. Otra facultad que se nos ha ido arrebatando de tal suerte que
se cuentan por millones las personas que no le encuentran sentido a su
vida porque sus derechos han sido reducidos a la más mínima expresión.
Dignidad:
Sin definición clara por la RAE, pero con una contundente definición
por la REA que nos muestra a una inmensa mayoría que busca que se
reconozca su situación de igualdad respecto a los demás, y ante todo la
necesidad de no ser infravalorada ni menospreciada. Debería ser un valor
inherente al ser humano y no estar supeditado a individuos o factores
externos, a la vez que ser inalienable y de caracter permanente. Se nos
ha privado de nuestra dignidad en muchos lugares de la tierra y seguimos
como si no hubiera pasado nada.
Igualdad
social: El término ya ni siquiera existe, pues se usa el contrario
(desigualdad social) y su consecuencia, la discriminación, es una
palabra por todos bien conocida tanto como usada y practicada a diario.
La igualdad se mencionó en la revolución francesa, junto al término
fraternidad, pero como ambas han entrado en desuso, seguramente que
tienden a desaparecer.
Público: Perteneciente
o relativo a todo el pueblo. Vale la pena resaltar esta palabra, ya que
pronto pasará a la historia, pues está siendo reemplazada por lo
privado (pertenencia de unos pocos). Aún el aire -aunque contaminado- es
de uso público, pero llegará el día en que será privatizado.
Blanqueo de dinero: Proceso a través del cual es encubierto el origen de los fondos
generados mediante el ejercicio de algunas actividades ilegales o
criminales. Hoy se le llama amnistía fiscal, y se considera una actividad absolutamente legal.
Voto: Condición necesaria aunque no suficiente para que un sistema político sea democrático. Pero está demostrado que para nuestros pésimos gobernantes es una condición más que suficiente.
Altruismo:
Su significado podría dejarlo como tarea, como trabajo de
investigación, ya que esta facultad humana ha llegado a tal punto de
extinción que, siendo sinceros, podríamos asegurar que sólo es un bonito
recuerdo del pasado, una facultad de nuestros superhéroes de la
infancia, quizás de nuestros abuelos, o de un cuento maravilloso que
alguna vez nos contaron pero nunca una característica de los hombres
actuales cuyo sello más significativo es su opuesto: el egoismo. Una
palabra que va ligada a otras y por tanto estas otras también se han
extinguido: utopía, librepensamiento, protesta, revolución; y han sido
reemplazadas por la comodidad, el conformismo.