Sentir irritabilidad o un estado de ánimo negativo cuando tenemos hambre es bastante común, al punto en que puede afectar nuestra vida cotidiana. Una investigación reciente encontró que los sentimientos de hambre autoinformados están asociados con la ira, la irritabilidad y un estado de ánimo más bajo (Swami et al., 2022).
Qué metodología usaron
El equipo de investigadores buscó conocer hasta qué punto los niveles de hambre autoinformados se asociaron con las fluctuaciones diarias de la ira durante un período de 3 semanas. Pero como es poco probable que los efectos del hambre sean exclusivamente relacionados con la ira, también indagaron sobre las experiencias de irritabilidad y, para obtener una visión más holística de la emotividad, el placer y la excitación, según lo indexado mediante la cuadrícula de afecto de Russell.
La muestra final estuvo compuesta por 64 participantes, la mayoría de los cuales eran de Austria y Alemania, y fueron reclutados a través de las redes sociales de los autores. Los participantes tenían la tarea de completar una encuesta diaria cinco veces al día durante 21 días. En este cuestionario, se les preguntó qué tan hambrientos estaban en el momento actual, qué tan irritables se sentían y qué tan enojados se sentían. También se les pidió que indicaran su estado emocional actual utilizando la cuadrícula de afecto de Russell de dos escalas: agradable a desagradable y de baja a alta excitación. Además, se les pidió que indicaran cuándo habían comido por última vez.
Al final de esta fase del estudio, los participantes completaron otro conjunto de preguntas sobre sus comportamientos alimentarios de las 3 semanas anteriores, medidas sobre su comportamiento dietético general, medidas de su rasgo de ira y medidas de sus motivaciones alimentarias.
Qué encontraron
Los resultados muestran que el hambre se asoció con mayor ira, irritabilidad y menor placer, pero no se asoció con la excitación. Tanto las variaciones diarias del hambre como los niveles medios de hambre durante las tres semanas anteriores predijeron emociones negativas.
Aunque hay muchas explicaciones posibles de por qué el hambre puede afectar las emociones negativas, no pueden conocerse a partir de estos datos. Los autores citan otras limitaciones del estudio, incluida la confianza en una sola medida de ira e irritabilidad y la confianza en los niveles de hambre autoinformados. Las medidas fisiológicas de azúcar en la sangre y otros indicadores de hambre en estudios futuros podrían respaldar aún más estos resultados.
Referencia bibliográfica: Swami, V., Hochstöger, S., Kargl, E., & Stieger, S. (2022). Hangry in the field: An experience sampling study on the impact of hunger on anger, irritability, and affect. En PLOS ONE (Vol. 17, Número 7, p. e0269629). https://doi.org/10.1371/journal.pone.0269629
Fuente: Psypost