Sufren las mentes que empieza a afiebrarse por momentos, de un temor vago a volverse vaga en seguir las líneas de miles de cuentos y, entre que, me enredo o no me enredo, me vuelvo loc@ y entonces intento no enredarme y cuando lo consigo, como que me quedo quieto y cuando enredarme quiero, grito, que me pierdo, me pierdo, me pierdo.
¿Que te vas a perder si quien ata todo el material de cuentos eres tú, más todo lo que te rodea que se cuela y se cuela por el medio de todos los cuentos? Que no te engañen las apariencias, y atent@, que subiste a la luna, te deslizastes por el aura de una fresa traviesa, doblaste la esquina para tomar avión y apareciste en alfombras rojas en imposibles premios, conociste a Sherlock y por el camino, visitaste a Ricardo Corazón de Melón twittero, paraste a charlar con Re Reramón para enterarte que quizá Mercedes ConSuLogica, dejando un comentario puede llegar a convertirse en material de puro cuento. Mientras, ¿Te fijáste? el escritor viejo, descansó protagonismo en las espaldas de lectores para, aparecer ahora como aquello de, ¿Cómo es posible? "Que falta contar su cuento".
No hay salida y por más que tú creas haber viajado hasta los confines de miles de universos dibujados desde ensaladas que toman lindas ratonas "colorás" y hayas paseado por el microcosmo donde vive mi querido amigo pepe, lo que aún no sé si has logrado percibir, es que todos y cada uno están viviendo a mi lado y enredados en vidas virtuales y desvirtualizadas. Y aquí te dejo la sorpresa, por mucho que creas, perderte en fiebres creativas, no saldrás nunca del mismo centro de tu vida. Vida, esfuerzos, resultados y proyectos se hilvanan con pequeñas puntadas y por más que quieras, no lograrás describir un mundo que no hayas conocido antes. Si conocido es el mundo del que hablas y por el que te deslizas despacio, despacio o rápido , rápido ¿Cómo sería posible no encontrar el camino de vuelta?
Partiendo de ti cuentas los cuentos, porque cuentos no son más que experiencias acumuladas que, enredadas, buscan expresar sentimientos, aprendizajes y procesos, con la clara intención de que, justo en el The End, tú encuentres la forma de pasear caminos parecidos a los que yo te dibujo, como si no fueran míos, hasta hacerte creer que de imposibles puedes esconderte, justo detrás, para vivir los tuyos.
Dice Fernando Pessoa que
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamenteque hasta finge que es dolor
el dolor que en verdad siente.
Y en el dolor que han leído
al leer sus lectores vienen
no los dos que él ha tenido
sino solo el que no tienen.
Y así en la vida se mete,
distrayendo a la razón,
y gira, el tren de juguete.
Y si paras y revisas, cada letra y cada intención oculta, te digo que no hay misterio en los cuentos que explicar por expresar, lo que parece imposible contar, sin destacar un detalle, mermando otro hasta dejar impreso, lo que quieres mover como idea que pones a dialogar con quien escucha o lee.
No te enredes en el material de cuentos, enrédalo tú a el y sigue cada hilo que por lejos que te lleve tirando de el, podrás volver al núcleo al que lo ataste.