[7/10] Pocas cosas resultan tan denigrantes y censurables como el abuso de menores a manos de quienes debían ser sus protectores. En “No tengas miedo”, Montxo Armendáriz se atreve a mirar de frente al problema, y hacerlo con dignidad y respeto, sin dejarse llevar por el sensacionalismo ni por los excesos melodramáticos. Silvia ha sufrido el abuso sexual de su padre desde que era niña, y ahora intenta romper con el pasado y rehacer su vida… aunque no le sea fácil restañar las heridas. El tema requería sensibilidad y delicadeza por su gravedad, y también acertar con las formas para recoger el ambiente opresivo que respira Silvia y el daño psicológico que arrastra. En ambas tareas se esfuerza Armendáriz, que trata de acompañar a la niña-adolescente-joven para no dejarla nunca sola… y hacerle entender que su vida tiene solución si pierde el miedo y se deja ayudar.
La película comienza con un perturbador y prolongado plano en negro, junto a una voz que busca dar confianza y paz a quien está apesadumbrado. Sigue una escena familiar entrañable y cariñosa, a no ser porque el espectador ya sabe las maliciosas intenciones que mueven a ese solícito padre. Desde entonces, el clima de miedo se palpa en el ambiente y se aprecia en el rostro de una niña ensimismada y triste, silenciosa y retraída, que sufre en la inocencia y el desconcierto. La cámara se aparta pudorosamente en el momento de la infamia con un movimiento que obedece a motivos morales y no sólo estéticos, lo mismo que acompaña siempre a la víctima como testigo de lo ocurrido pero sin adoptar un sentido subjetivo.
No hay música que sirva de atajo para suscitar emociones perecederas porque la herida es honda y tendrá que durar hasta bien entrada la juventud de Silvia. Entonces, la pobre chica intenta abrir su alma con la madre… pero “no hay peor ciego que el que no quiere ver”: dura escena en el restaurante, más por el miedo de la madre a aceptar la verdad que por el de la hija… También Armendáriz se esmera en cuidar la planificación de forma que recoja con veracidad lo que está sucediendo: huye del plano-contraplano que fácilmente falsificaría las relaciones entre los personajes, y opta por el plano secuencia que reproduzca el entorno de soledad y frialdad. Los testimonios terapéuticos de otras víctimas de abusos que son insertados en la cinta aportan el tono documental y de denuncia buscado, aunque quizá resulten demasiado directos y explícitos –aunque necesarios– para el tono intimista y silencioso de la trama de ficción.
Si valiente es la propuesta de Armendáriz y cuidada su puesta en escena, en cambio el guión acusa una innecesaria reiteración del discurso y sufre una notable caída de ritmo en la segunda parte, buscando el desenlace esperanzador y sacar a Silvia del ambiente asfixiante que le rodea. Tampoco se puede decir que lo más destacable sea la dirección de actores, y en ocasiones se aprecia una falta espontaneidad y convicción a algunos de los secundarios, mientras que Michelle Jenner está mejor en el silencio que sugiere el horror o en sus paseos erráticos por la ciudad que al intervenir con diálogos que restan fuerza al personaje. Una historia dura y desasosegante, fría y sobria, contada con ritmo parsimonioso y sin frivolidades, rodada “para mejorar el mundo” –según declaraciones del director– y para decir a las víctimas que no tengan miedo para mostrar las marcas del zorro.
Calificación: 7/10
En las imágenes: Fotogramas de “No tengas miedo”, película distribuida en España por Alta Classics © 2011 Oria Films. Todos los derechos reservados.