Revista Cultura y Ocio

Noam Chomsky animado, otra ocurrencia de Michel Gondry

Publicado el 23 mayo 2014 por María Bertoni

Noam Chomsky animado, otra ocurrencia de Michel GondryAún cuando no encontramos indicios de estreno local, algunos espectadores nos ilusionamos con la remota posibilidad de que Is the man who is tall happy? An animated conversation with Noam Chomsky -en castellano, ¿Es feliz el hombre que es alto? Una conversación animada con Noam Chomsky- desembarque, sino en nuestra cartelera comercial, en la próxima edición del BAFICI, del DerHUMAlc o de algún otro festival porteño. La sola mención del lingüista y filósofo estadounidense debería bastar para llamar la atención de algún distribuidor o programador, pero en caso de que la referencia resultara insuficiente, podemos apostar a una segunda carnada: este documental ilustrado es obra del siempre ocurrente Michel Gondry.

El director de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos eligió la noche de cierre del DOC NYC Festival para anunciar el “estreno mundial” de su nuevo largometraje en noviembre de 2013. Durante la charla abierta que enmarcó aquella primera proyección, Gondry se refirió a este ejercicio como a un hobby que llevó adelante mientras rodaba otra película (presumiblemente El avispón verde)*.

En esa misma oportunidad, Chomsky definió el documental en cuestión como un intento de ilustrar la relación intelectual entre uniformidad y complejidad. Luego explicó que, en el lenguaje, el primer atributo es inherente a todos los idiomas (“de ahí que los chicos puedan aprenderlos con facilidad”) y que el segundo se manifiesta en el entramado de datos. “Esta dualidad se esconde detrás de todo lo que no comprendemos; por eso, para tratar de entender, intentamos extraer principios básicos de lo complejo”, agregó.

En esta entrevista que David Poland le hizo en Hollywood, Gondry contó que se reunió con Chomsky en el transcurso de “tres o cuatro meses”, y que conversaron “en cuatro sesiones de 45 minutos cada una”. Estos encuentros inspiraron la animación que el director equiparó a una traducción exitosa de parte del pensamiento del intelectual de ahora 85 años.

Salvo The Washington Post (enojado con el director galo por cómo masacra el idioma inglés, el crítico Michael O’Sullivan advirtió que “este film sólo les interesará a los espectadores tan obsesionados con Chomsky como Gondry”) y alguna otra excepción, los medios norteamericanos elogiaron el hobby del realizador francés. Por ejemplo, Eric Kohn de Inidiewire afirmó que se trata “de la mejor película desde Eterno resplandor“, Manohla Dargis del New York Times la recomendó porque “celebra la vida de una gran mente y la actitud de otra mente que sabe menos pero que se preocupa por preguntar” y Betsy Sharkey de Los Angeles Times la calificó de “adaptación inteligente“.

Tras su paso por la 64ª Berlinale, Una conversación animada con Noam Chomsky desembarcó en las salas francesas el 29 de abril pasado. Nathalie Simon de Le Figaro la definió como un “OVNI jubiloso” y Thomas Sotinel de Le Monde, como una propuesta “seductora” que “rinde sus frutos en forma de pensamientos e imágenes”.

Por otra parte, Nicolas Schaller de Le Nouvel Observateur destacó “los momentos donde Chomsky evoca ciertos episodios personales (sus años mozos en Philadelphia, el antisemitismo de los años ’30, el recuerdo de su esposa fallecida) ilustrados por los dibujos infantiles de Gondry“. El menos entusiasta Jack Goldberg de Les inRockuptibles enumeró algunos reparos pero terminó rescatando cierto fenómeno de “comunión milagrosa“.

El festival italiano Biografim y el de Sidney constituyen las siguientes paradas en la gira internacional de -llamémosla por su título principal- ¿Es feliz el hombre que es alto?. De ahora en más crucemos los dedos por otro milagro de interés cinematográfico: un espacio reservado en la programación del próximo BAFICI, DerHUMAlc u otro festival porteño.


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