Revista Música

Noche vaquera en Toledo

Publicado el 08 noviembre 2010 por Arito
Como buen sustitutivo para un Twoday Festival cancelado vergonzosamente in extremis, la gira conjunta de Los Coronas y Arizona Baby tocaba suelo toledano. Ver a madrileños y vallisoletanos en lugar de pisar Madrid y Valladolid. No es lo mismo pero compensa. “Dos bandas y un destino” es el nombre que se han sacado de la manga para poner en los escenarios un proyecto común, iniciado para dar cancha al gustillo por las covers. Y de versiones y guiños históricos se nutrió buena parte del repertorio. Desde Enio Morricone hasta Bobby Fuller, pasando por Neil Young, Johnny Cash, Elvis, Pink Floyd, Black Sabbath, The Dead Kennedys y hasta Los Brincos.
De vaqueros de campo con camisa y sombrero de cowboy los primeros a vaqueros de ciudad con sobrero de copa, naipe y chaleco los segundos. La estética western (proyecciones incluidas) no es más que el condimento justo para un show en el que las dos bandas, lejos de exhibirse estancas, comparten un protagonismo fifty fifty sobre las tablas. Y fueron los números globales los que sorprendieron de verdad, competición de virtuosos (Javier Vacas al bajo, Fernando Pardo, David Krahe y Rubén Marrón a las seis cuerdas, Roberto Lozano y Marcos Úbeda a las baquetas, el ucraniano Evgeni Riechkalov a la trompeta) tocados por la varita de los ancestros, con un Javier Vielba desmelenado en su rol de maestro de ceremonias. Se atrevieron con todo: con recreaciones fidedignas de “Everybody Knows This Is Nowhere” de Neil Young o “Runaway” de Del Shannon, revisiones incendiarias de “Supernaut” de Black Sabbath o “Too Drunk To Fuck” de The Dead Kennedys, una “Wish You Were Here” de Pink Floyd llena de músculo, boleros en castellano y el clásico “I Fought The Law” para cerrar la noche con puntería de pistolero.
Pero también hubo tiempo de gloria exclusiva. El trío pucelano se estrenó con la suya, pescando los mejores cortes del magistral “Second To None” (2009), disco descubierto tarde pero degustado con fruición. “The Truth” (el señor Marrón sentando cátedra con un intro de velocidad descabellada), “Ouch!”, la muy Calexico “A Tale of The West” o “Dirge” hicieron las delicias de los que amamos con pasión, por primera vez en mucho tiempo, un disco más que excelente de una banda compatriota. La descompensación técnica provocó las quejas y disculpas de un Javi Vielba hiper-locuaz, y el set se hizo corto pese a rescatar también andanzas primogénitas (“Everything”). Y por cierto, tampoco se escapó la fenomenal e intratable “Shiralee”, compartida en octeto en los bises como si fuera un clasicazo más.
Los Coronas (Fernando Pardo dixit) ya están en cuarto de la escuela de rock. Es decir, entre los buenos. Con poco o nada ya que demostrar y tras años fieles a un formato que, más que encasillarlos, los convierte en maestros de referencia, demostraron que se puede llegar al respetable sin recitar un solo verso. “Jinetes Radiactivos” y “Big Wave Riders” (ambas de su último “El Baile Final de Los Locos y Los Cuerdos”) causaron estragos, y hasta se atrevieron con pinceladas de garage extremo, reggaeton y un órdago tronchante al “Flamenco” de Los Brincos. Sin peros y sin mancha. Solo cabe lamentar que prescindieran del particular homenaje a Fernando Fernán Gómez, ese grito de guerra que todos esperábamos repetir a pulmón partido: “¡A la mierda!”.
Dos bandas y un destino. Destino concretado en un homenaje entrañable al buen rock and roll, a los clásicos populares, a la diversidad y a la diversión. Dos bandas que se han visto las caras por casualidad para dejarnos un regalo de película. Que lo que el destino ha unido no lo separe el hombre.

(Mary García, curtainsmgb.blogspot.com)
También puedes disfrutar de otra crónica del concierto de Arizona Baby y Los Coronas en Toledo en myfeetinflames.wordpress.com

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