Revista Arte

Noches en tránsito

Por Photosatriani @artimprove
NOCHES EN TRÁNSITO Matera, capital Europea de la cultura 2019 – sasso barisano

Prescindiendo de lo que deseamos, todos y todas tenemos que atravesar la noche. La noche es un tiempo que nos devuelve a nosotros mismos, así como realmente somos; es un tiempo en el cual reflejamos nuestra fragilidad. Es un tiempo propedéutico al posible, durante el cual soñamos y, gracias a estos sueños, tomamos coraje y cultivamos la esperanza. En este proceso, a veces, surge algo impensable a priori que, una vez despiertos, no se sabe bien cuando y tampoco como, puede encontrar en nosotros la manera de transformarse en realidad, aunque esto tiene que tener en cuenta los límites y los espacios de la realidad misma.

La vida es un cambio permanente, más apropiadamente es un tránsito porque en el cambio, cada uno de nosotros no tiene que perderse, si no guardar su propia historia y su propia esencia, para proyectarla en el futuro con la conciencia de sus propias potencialidades. Hay que mirar al futuro recuperando el sentido y la riqueza de nuestra memoria y de nuestras experiencias.

Reflexionando sobre estos dos conceptos de: “noche” y “tránsito” en los términos que acabo de describir, he desarrollado un sentir hacia mi vida y mi pasado en el cual se mezclan la nostalgia de algo que ya no existe y la imperiosa necesidad que todo lo vivido no se pierda en los meandros de la memoria o no se desvanezca en las palabras de un cuento para mis hijos o para quien tendrá gana de escucharme; me gustaría que todo esto tomara cuerpo en imágenes que encierren los sueños de un tiempo, el tránsito del tiempo transcurrido desde entonces y lo que ahora soy. Mis “noches en tránsito”

NOCHES EN TRÁNSITO

Matera es la ciudad donde nació mi madre y donde pasé gran parte de los veranos de mi infancia. Por esto la he elegido como primera “Noche en tránsito”

Matera para mí: sabe a nata batida en tarritos de cucurucho que mi abuela nos dejaba cada mañana encima de la mesa de la cocina para el desayuno; huele a los armarios de la cocina de su casa, llenos de pequeños tesoros con los cuales inventarse juegos y fantasear con mis hermanos y mis primas durante las calurosas horas de la tarde, mientras los mayores se echaban la siesta; es el asomarse a las ventanas abiertas pero cerradas por mamparas de madera verde que permitían ver las personas que paseaban por la calle, sin ser vistos; es el cotilleo de las mujeres extrañas y a veces surrealistas que visitaban a mi abuela, después de subir con el aliento a la garganta, una escalera empinada que era necesario superar para llegar a casa de mi abuela; es el helado de la tarde tomado paseando en la calle principal, vestidos como principitos y con el terror de manchar la camisa o el pantalón (¡rigurosamente corto!).

NOCHES EN TRÁNSITO

Desde entonces, han pasado muchos, muchísimos años, pero la belleza de la ciudad no solo se ha mantenido, si no que ha crecido, así como en mi han crecido el recuerdo y la nostalgia de aquel vivido. Las imágenes que propongo son el resultado del obrador de mis noches en tránsito que, usando los recuerdos y los sueños de entonces, ha querido construir emociones visuales sin tiempo, en las cuales cada uno espero pueda encontrarse y encontrar su propia y personal clave de lectura. aquí para ver la galeria de fotos completa

Este mismo artículo ha sido publicado en la revista Camera Lucida

NOCHES EN TRÁNSITO

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