La definición tradicional de infidelidad hace referencia a que una de las personas de la pareja (en una relación de compromiso) se involucra íntimamente con alguien más, un tercero. Debido a un gran número de factores, el comportamiento de infidelidad ha sido redefinido para incluir, además del concepto tradicional, una definición contemporánea que no necesariamente implica un contacto concreto a nivel físico.
Normalmente identificamos infidelidad con el contacto sexual de nuestra pareja con otra persona, sin embargo últimamente se menciona también otro tipo de engaño: la infidelidad emocional.
¿En qué consiste la infidelidad emocional?
La infidelidad emocional es definida como cualquier vínculo que se produce a través del sentimiento o pensamiento, aunque no se llegue a consumar un contacto íntimo.
Con el impresionante desarrollo tecnológico en el área de las comunicaciones, con los teléfonos celulares e Internet, las costumbres han cambiado muchísimo y la definición de engaño o infidelidad se ha ampliado e incluye ahora conductas como:
- Intercambiar mensajes íntimos con alguien a través del móvil.
- Conocer a alguien a través de Internet.
- Mantener una relación cercana a través de cualquier fuente disponible no física.
- Visualizar material pornográfico mediante cualquier medio o dispositivo.
¿Por qué ocurre? ¿Cuál es la causa de la infidelidad emocional?
Obviamente, cada caso es diferente y presenta sus propias características, pero a nivel general podemos afirmar que una posible causa es el deseo de evasión de una relación (que en ocasiones puede tornarse un tanto rutinaria), pero sin la idea ni decisión de terminar con la pareja.
Es muy común que la persona emocionalmente infiel se escude en el argumento de que sus acciones no necesariamente implican que esté haciendo algo incorrecto.
¿En qué se diferencia el engaño tradicional de la infidelidad emocional?
La principal diferencia radica en el contacto físico. Tradicionalmente, el engaño consistía en la intimidad física de dos personas que se encontraban en el “mundo real”. La infidelidad emocional, en cambio, no implica una cercanía íntima, sino que incluso en algunas ocasiones las personas ni siquiera se conocen personalmente, pues el contacto puede producirse por teléfono móvil u ordenador.
A veces puede haber actividad física involucrada, pero se lleva a cabo en lugares separados, es decir que las personas involucradas no se están tocando "realmente".
Si se les pregunta, muchas de las personas que están engañando emocionalmente no consideran estar cometiendo una infidelidad. Su fundamento es que, al no haber contacto físico real, su comportamiento no puede ser considerado como un engaño. Otros también creen que se trata solo de un “juego mental” y que no tienen intenciones de abandonar a su pareja.
Sin embargo, otro grupo de personas no está de acuerdo con esas afirmaciones y cree que no hay diferencias entre una infidelidad física y una infidelidad emocional. De acuerdo con este otro punto de vista, la infidelidad emocional tiene los mismos componentes de comportamiento que un engaño “real”, pues las emociones, deseos y sentimientos que entran en juego son los mismos y, de hecho, pueden presentarse con mucha intensidad.
Cuando alguien engaña, utiliza muchas “técnicas” como el coqueteo, la seducción, los halagos y por lo general lo hace con suma discreción, independientemente del sitio donde se encuentre o cual sea la forma de comunicación que esté utilizando. La realidad es que el cónyuge infiel presta su atención e interés a otra persona. Por lo tanto, aunque la relación se mantenga restringida a un plano emocional, de todos modos podría estar manifestando algunas carencias o necesidades no satisfechas en la pareja.
¿Y tú qué opinas? ¿Se puede considerar infiel a una persona que no ha concretado un encuentro a nivel físico? ¿Crees que existe la infidelidad emocional?
Fuente: La Mente es Maravillosa.
C. Marco