Nocturna 2015: Realidades y ficciones (VI)

Y llegó el último día de Nocturna 2015. Acudo especialmente contento porque me acompañan mi novia -de nuevo- y mi hermano, un gran seguidor del fantástico como yo, y que también se desvirga en el festival. Guardo la esperanza de que pase un buen día; no solo está preocupado por la extirpación de dos tumores que le van a realizar a Vera, una de nuestras perras, sino que ha pasado un año terrible, intentado salir de un pozo muy hondo, tan hondo como el de Ringu, pero sin nada donde agarrarse: problemas generados por el capitalismo; el económico, el emocional y el social.

Nuestra primera sesión de este último día en Nocturna 2015, es Monsters: Dark Continent, de Tom Green, secuela que, a pesar de seguir siendo una producción británica, cambia de director, y pierde toda su esencia. Ya no está Gareth Edwards, y el filme abandona radicalmente el vehículo narrativo de su primera parte; hasta tal punto que puede ser una película nueva. Está bien cocinada y bien servida: hay saber hacer tras las cámaras, pero, ¿dónde han ido a parar los monstruos, los alienígenas? No es que aparezcan como un actor terciario, es que son simple atrezzo y no intervienen para nada en el desarrollo argumental. Películas que denuncien el intervencionismo militar estadounidense hay muchas y muy buenas, no es necesario destrozar una franquicia. Es Jarhead con unos extraterrestres de fondo en vez de pozos petrolíferos: incomprensible su inclusión en la parrilla de Nocturna 2015.

Después, íbamos a ver Natalie Net, pero mi hermano, aunque ya se lo había dicho, se queja de que las películas están subtituladas, que no le gusta leer mientras ve la película (aunque haya leído muchos libros), y optamos por meternos a ver el homenaje que se le va a hacer a El día de la bestia en su vigésimo aniversario (porque yo, estúpido cabrón, no había leído que Natalie Net era española). Antes de la proyección Álex de la Iglesia recoge el Premio Maestro del Fantástico de Nocturna 2015, y agradecido, comenta en uno de los proyectos en los que está inmerso: la producción de la primera película de Eduardo Casanova. También se homenajea al fallecido Álex Angulo y Josep Anton Pérez Giner recoge su Premio Scifiworld Hall Of Fame. Disfrutamos de la película que hizo saltar a la fama a Santiago Segura, no sin percatarme de ciertos errores en el montaje, ahora, veinte años después.

Descansito para fumar y comprar algunos refrigerios y snacks, y entramos a la clausura con , previa entrega de los premios de este Nocturna 2015. Y sin que la cosa se alargue en demasía, comienza la película del finlandés Jalmari Helander, en el que confío gracias a esa genialidad llamada Rare Exports: Un cuento gamberro de Navidad, que en 2010 se llevó tres premios en Sitges (mejor película, mejor director y mejor fotografía). Y empieza muy bien, con la misma fotografía hiperbórea, con ese espíritu irrefrenable de aventura y humor que hizo grande a Los Goonies, con un Samuel L. Jackson haciendo de Obama y una historia que promete. Pero a la media hora, diez minutos arriba diez minutos abajo, el archivo se jode, deja de funcionar. Un miembro de la organización dice que lo están intentando arreglar; parece que vuelve a funcionar, pero no, se queda atrancada en el mismo minuto.

Así que nos devuelven el dinero y nos vamos para casa, paso previo por el metro, porque me han chivado que la película sorpresa es Re-Animator, que ya he visto unas cuantas veces, y la otra alternativa, Zombie Fight Club, no me inspira mucha confianza, ni por lo que he visto ni por lo que he leído. Dejo a mi hermano en casa y mi novia y yo nos vamos a follar a un lugar apartado de la ciudad en el coche, que siempre rejuvenece.

Y así acaba Nocturna 2015, la tercera edición de un festival que sigue creciendo, y para el que en su cuarto edición, José Luis Alemán, el responsable de dirección, ha prometido sorpresas para el público, para implicarle aún más. ¿Qué habrán pensado? Yo, por mi parte, ya he contado casi todo cuanto tenía que contar de esta edición, ahora os toca discernir qué parte de lo narrado es realidad y cuál ficción de esta crónica.

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