Desde hace unos días me vienen llegando al buzón mensajes donde junto a los clásicos métodos de alargamiento de pene, se me ofrecen jugosísimas ofertas de trabajo en los más variados sectores. Lo normal en el spam al uso de estos tiempos. Pese a la molestia, me está gustando recibirlos en esta ocasión por el simple hecho de leer los admirables nombres de los remitentes. En efecto, acompañando las tortuosas traducciones del tipo: "... Eso es la respuesta a la pregunta del por que nos preocupamos de la primera clase de la calidad. Para encontrar la calidad de primera clase hay que buscarla en las metodicas modernas.", aparecen nombres bellísimos, de una sonoridad literaria, de una musicalidad poética; nombres escapados de una novela del realismo mágico; nombres que en sí ya son personajes de historias maravillosas. Me he atrevido a coleccionarlos y por aquí se encuentra ya mi álbum:
Gadiel Constante
Crísipo Medeles
Yasmine Balmaceda
Anteo Lomayesva
Parménides Bexar
Alipio Riverón
Osmaro Chagoyán
Aniano Beneján
Hervé Barrantes
Inca Urquiola
Oda Panelo
Silvestre Miqueo
Obdulio Zerquera
Drusila Rosa
Lionela Alméstica
Lucrecio Casmero
Benedicto Saavedra
Áurea Sesanto
Atilano Hortal
Ivonne Guardado
Urso Solera
Garibaldo Escribano
Melitón Galabeas
Sibila Cardelles
Inés Tortilla
Adonías Cusco
Leticia Escatiola
Clemente Iturri
Teodosio Beruvides
Sisebuto Cánovas
Ladio Brizal
Iván Arcelay
Cirguilo Zaldana
Leticia Gaucín
Ciara Panzardi
Cichonski Vanegas
Por favor, aprovéchenlos y no duden en utilizarlos en sus próximas ficciones. No me negarán que con nombres así ya se tiene medio hecho el trabajo.