La tecnología de la comunicación brinda un sinfín de oportunidades y facilidades en el quehacer diario. Sin embargo, para algunos, el teléfono móvil se ha convertido en más que un objeto útil, tanto que estar sin él les crea ansiedad y estrés, aunque no disponemos de estudios realizados en República Dominicana, solo tenemos cifras de país de Europa y Estados Unidos de Norte América, podemos asegurar que en nuestro país las cifras no deben de estar muy lejanas, si vemos también los porcentajes de España, en la cual cerca del 77% de la población entre los 18 a 24 años y un 68% entre los 25 a 34 años padece nomofobia, 30% lo utiliza siempre en las comidas en grupo y hasta un 9% lo emplea en misa. Por la similitud de nuestras culturas, podríamos tomar estas cifras como parámetro para hacernos una idea de cuál es nuestra situación frente a esta fobia del siglo 21.
Niños y adolescentes son los más vulnerables
Pero, ¿quiénes son los más vulnerables? Para Marc Masip, psicólogo especializado en adicciones y conductas de riesgo, "los adolescentes, sobre todo de los 12 a los 17 años, sin lugar a dudas son los más expuestos a sufrir nomofobia. Las campañas de marketing, las aplicaciones y los diferentes elementos adictivos del propio teléfono móvil van destinados a ellos".No obstante, a pesar de que los más susceptibles sean los niños y adolescentes, los adultos no están exentos de esta adicción. "La necesidad de pertenencia a un grupo adquiere especial relevancia entre los jóvenes, ya que tener un tipo de teléfono u otro marca su estatus. El poder relacionarse con sus iguales, a través de una pantalla, hace que los jóvenes crean que tienen más amigos o que están a la moda, y que saber utilizar las nuevas tecnologías y pertenecer a más redes sociales les proporciona un estatus superior".Cuando preocuparte
Si sientes ansiedad por no obtener una respuesta rápida de una llamada, si sientes estrés por no tener el celular o señal, si te enojas por que se descargó la batería y buscas insistentemente donde cargarlo, hasta le hablas a la persona que más odias solo para cargar el celular, si interrumpes una conversación o reunión para tomar una llamada aunque no sea importante o peor todas las llamadas son importantes, si hasta en misa lo tienes prendido, Preocúpate podrías padecer de nomofobia.Entonces la pregunta obligada es, ¿Cuál es la frontera entre el uso y el abuso del celular?El uso del celular debería ser: llamar, estar localizable, poder comunicarse con aquellos que deseamos de forma inmediata, o en el ámbito profesional. Por el contrario, el abuso es sufrir un control total del teléfono sobre la persona: utilizarlo constantemente en sitios públicos cuando se está acompañado de más personas, interrumpir conversaciones o reuniones, andar por la calle sin levantar la cabeza o peor aún mientras conducimos y utilizarlo en cualquier descanso para matar el aburrimiento".La prevención comienza en la familia
En la prevención de esta fobia del siglo 21, los padres tienen el papel fundamental. Comenzando con dar buen ejemplo: Si uno de los padres recibe durante la cena o almuerzo una llamada en frente de sus hijos, debe saber que no es un el momento adecuado para contestar, los hijos imitan los hábitos de sus padres."Hay situaciones, momentos o lugares donde el uso del celular debe estar prohibido de manera tajante, y otros donde se debe ser flexible. La excusa de siempre que tenemos que estar disponibles todo el tiempo, es simplemente eso una excusa, que como adictos a las drogas nos inventamos para continuar conectados y dependientes del celular. Debemos tomar conciencia de que si continuamos por este camino las relaciones interpersonales en el futuro serán solo virtuales. Como consecuencia perderemos el contacto humano, y sin este, perdemos la empatía, la compasión y el compañerismo, en conclusión, perdemos la esencia del ser humano.Fuentes: Wikipedia.org, Consumer.es