¡Saludos, Calderer@s!
Os traigo hoy una receta con aires asiáticos sacada del libro “Delicious Noodles – Step by Step“ que me regalaron hace algún tiempo. (¡Gracias Bea! Una vez más, eres inspiración para El Caldero…)
Coincidió que tras una barbacoa nos sobró carne de cordero, y decidí que era el momento de probar esta apetitosa receta. (Ya que normalmente no compramos carne en casa)
Los noodles de soja tipo vermicelli (que literalmente significa “gusanos pequeños”) son un tipo de fideo muy utilizado en la cocina asiática. También se conocen como “fideos celofán”. Suelen venir en madejas, y secos, pero tardan muy poco en re-hidratarse. En este caso, la receta proponía cortarlos, y en realidad es todo un acierto pues son mucho más cómodos de comer con los palillos de esta forma.
He cambiado un poco algunos ingredientes como el aceite de sésamo y el de cacahuete, por aceite de oliva, para adaptar la receta a lo que tenía por casa, y la verdad, ¡volvería a hacerla igual! Porque salió riquísima.
¡Vamos a la cocina!
Ingredientes: (para 4 personas)
- 2 madejas de noodles de soja vermicelli
- 300gr de carne de cordero
- 1 puñado de setas shiitake
- 1 calabacín
- 1 zanahoria
- 1 cebolleta
- 2 chiles rojos picantes
- 1 puñado de cacahuetes
- perejil
- agua
Para el aliño:
- 1/3 de un vaso de salsa soja
- 1/2 vaso de aceite de oliva
- 4 ó 5 dientes de ajo
- 2 cucharaditas de azúcar
Elaboración:
En primer lugar vamos a preparar el aliño para el cordero que habremos troceado y estará sin huesos ni grasa.
Primero picamos los ajos finamente. En un recipiente no metálico, mezclamos el aceite de oliva, la salsa de soja, el azúcar y la mitad de los ajos.
Ponemos el cordero en este recipiente y mezclamos bien para que quede bien cubierto con este aliño. Tapamos el recipiente y lo metemos en la nevera mientras preparamos las verduras que cortaremos todas en tiras finas. Hay que acordarse de limpiar bien de semillas los chiles o quizá nos encontraremos con un plato demasiado picante.
A continuación, hervimos suficiente agua como para cubrir los fideos. Cuando rompa a hervir, retiramos del fuego e introducimos los fideos, que dejamos en remojo durante un par de minutos y escurriremos. Con la ayuda de unas tijeras los cortamos en tiras de unos 8 centímetros.
Es momento de sacar el cordero de la nevera.
En una sartén honda o wok, ponemos unas cucharadas de aceite de oliva y salteamos el cordero junto con los jugos del aliño hasta que esté bien hecho y dorado. Reservamos.
En el mismo wok, ponemos un poco más de aceite de oliva y salteamos todas las verduras, incluyendo la otra mitad de los ajos.
Cuando todas las verduras estén tiernas incorporamos de nuevo el cordero al wok, y removemos bien. Cocinamos un par de minutos más y finalmente añadimos los fideos, mezclando bien para integrar todos los ingredientes.
Servimos el salteado en los cuencos o platos que vayamos a utilizar.
Ya solo queda triturar los cacahuetes, y espolvorearlos por encima del plato de cada comensal, e igualmente triturar el perejil y incorporarlo a cada plato.
Realmente es una receta más sencilla de lo que parece y está deliciosa.
Es una mezcla de sabores exótica que por lo menos nosotros no estamos acostumbrados a tomar y que nos ha sorprendido gratamente.
Pronto tendré que dejar el blog unas semanas, pues estaré trabajando fuera un tiempo, pero a la vuelta me gustaría tener tiempo para experimentar con más recetas de este libro, pues esta nos ha gustado mucho.
¡Espero que a vosotr@ también!
¡Que aproveche, Calderer@s!