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Pasito a pasito, como mejor salen las cosas, nordicthink empezó su trayectoria vía online, a finales de 2010, con la apertura de su tienda en internet, para meses más tarde, dar el siguiente paso y abrir un local en el Eixample barcelonés, sabiendo ya que había un público en la ciudad esperando ver algo diferente.

Entramos en un espacio amplio y espectacular, de techos altos, minimalista, donde lo importante es el contenido, no el continente y donde una de los trabajos fundamentales ha sido la elección esmerada y estudiada que ha hecho el propietario de la tienda. Casi como una religión, Jordi Martin ha perseguido desde el primer momento la búsqueda de la pieza singular. “Una de mis mayores satisfacciones es cuando el cliente me comenta lo bien escogido que está todo. Se percibe y genera confianza en la persona que entra en el establecimiento. En esto pongo uno de mis mayores empeños“.

Y cierto es que, dentro de la variedad de producto, hay un hilo conductor común: la unidad estética. No hay nada puesto al azar, sino que todo está cuidado y seleccionado con un sentido claro. Detrás de este trabajo hay una experiencia de más de 15 años en buscar, comparar y ver si el producto aporta novedad.

Un peldaño más en el concepto diseño

Con unos inicios que arrancan en la década de los 40, los países escandinavos han basado sus diseños, desde el primer momento, en el pragmatismo, la naturalidad y la sencillez, con un equilibrio en la relación la calidad-precio. Sus creaciones son piezas en las que es palpable un uso de la madera muy diferente, donde no hay complicación ni artificio; son muy directas y están realizadas para dar un uso real. Además, sus estándares de calidad son muy altos y hay una vocación por la durabilidad del producto. Hay, pues, una transparencia en la relación marca-cliente. ”Lo importante es que un cliente que adquiere un primer producto vuelva a por un 2º artículo porque el primero le ha dado unos resultados extraordinarios“.

También son productos combinables, flexibles y reubicables. En su fabricación se han tenido en cuenta aspectos que antes estaban fuera de lo que es el diseño en sí, pero que el diseño nórdico ha tenido siempre en cuenta, como las nuevas realidades sociales (más movilidad de las personas, nuevas ubicaciones, dimensiones diferentes de los pisos), pero que repercuten en el uso final de estas piezas, que ganan un nuevo valor: adaptabilidad a varios hogares. ”Lo sencillo y transparente funciona. Detrás, sin embargo, hay un gran trabajo para definir proporciones, medidas, selección del color; nada queda a la improvisación“. Por tanto, el concepto de buen diseño huye del artificio y se centra en tres normas: sencillez, funcionalidad y belleza.

En los países nórdicos sus habitantes pasan muchas horas en casa, con lo cual han creado espacios acogedores donde cuidan el más mínimo detalle en la decoración de sus hogares. Eso ahora se está extrapolando a los hogares de nuestro país.

Público heterodoxo

Aunque el grueso es público femenino entre 25 y 40, nordicthink, con menos de un año de presencia en el Eixample central de Barcelona, ha conseguido captar la atención de gente del barrio, que ha empezado a apreciar este ‘nuevo’ concepto del diseño. “La gente no es tonta y sabe apreciar el buen diseño“. A ellos hay que sumar, público extranjero, turistas y gente de paso. Entre los productos que han tenido más rotación hay que destacar los elementos realizados en cartón y las lámparas de suspensión.

Explicar un producto de diseño nórdico implica ser muy claro en el mensaje. “Es fundamental posicionarse muy bien, pero a la vez también no hay que ser demasiado estricto para poder aprovechar el feed-back de la gente y estar atentos a cuáles son sus necesidades reales“.

nordicthink trabaja con marcas de reconocido prestigio como Muuto, String, Hay (mobiliario) y &Tradition (iluminación).