Revista Televisión

Normalidad realista

Publicado el 13 marzo 2015 por Fon_lost
Normalidad realista
Decía Fido Dido: "Lo normal es aburrido". Y no podía estar más equivocado. Al menos en lo que respecta a 'Togetherness', la nueva dramedia que estrenó HBO esta midseason y que ha hecho noche junto a 'Girls' y 'Looking'. Si hay algo que ha caracterizado su primera temporada ha sido esa normalidad que ha girado en torno a sus personajes y sus tramas, y el realismo con el que han sido tratados. Todo lo que he visto en la serie me lo creo. No he visto forzado. Y aunque ha sido una frase muy utilizada al hablar de 'Boyhood', creo que podemos afirmar que 'Togetherness' es la vida contada en ocho capítulos. Y con la renovación debajo del brazo, pues los críticos la han recibido con los brazos abiertos.
El matrimonio Pierson (Mark Duplass y Melanie Lynskey) empezó la temporada siendo consciente de que su historia de amor había tocado techo. Había cariño, inevitablemente desarrollado a lo largo de los años, pero el romance desapareció hace tiempo y sus vidas de rutina les estaban impidiendo ser felices. La llegada de Tina (Amanda Peet), la hermana de ella y de Alex (Steve Zissis), el mejor amigo de él, les dio una inyección de vida, aunque fuese por ayudarles a avanzar en sus respectivas vidas, atascadas también en todos los sentidos, especialmente desde un punto de vista profesional y romántico. Tina y Alex han tenido que hacer frente, además, a ese aura de "estamos destinados a querernos mucho y muy fuerte aunque ninguno de los dos nos atrevamos a dar el paso". Ella se resiste a admitirlo pero él es plenamente consciente de su situación, acentuada ahora que viven juntos. 
Normalidad realista
La aparición de Larry (Peter Gallagher) marcó el inicio de la separación entre Tina y Alex, que tuvo su culmen cuando uno de los dos se atrevió a manifestar sus sentimientos, aunque fuese bajo los efectos de la cerveza, en el quinto capítulo (que si hay justicia debería incluirse a finales de año como uno de los mejores de 2015). A partir de entonces su relación fue cuesta abajo y sin frenos, con gritos, egos y orgullo de por medio. Y verdades, también verdades, pues a fin de cuentas Alex tiene toda la razón del mundo cuando le reprocha a Tina que cuando le llama siempre es para pedirle ayuda, no para preocuparse por su amigo (todo ésto después de una audición que le ofrece Tina por "compensar"). La reconciliación no tarda en llegar, pero va acompañada de una decisión que toma Tina ante su incapacidad por luchar y salir adelante: "No soy buena en nada". Tina se resigna a vivir la vida de estabilidad que Larry le ofrece ("Estoy preparado para cuidar de ti"), aunque con ello tenga que sacrificar su felicidad. Por el contrario, y después de recibir una gran noticia (en el momento en el que él también estaba a punto de rendirse) Alex está decidido a luchar por Tina y salvarle: "Quiero estar contigo". Pero es tarde.
Normalidad realista
Brett y Michelle tampoco lo han tenido fácil, pero a pesar de su falta de ganas (muchas de las decisiones que toman son por obligación y por no querer dañar al otro) intentan recuperar la chispa. Por sus hijos. Por ellos. Aunque individualmente les impida ser felices. Lo que comenzó siendo cómico (técnicas masturbatorias) ha tornado en la práctica desaparición de un matrimonio que hacía aguas. La presencia de David (John Ortiz) ha influido, en cuanto que ha sido el impulso que necesitaba Michelle para alcanzar la felicidad y decir adiós al pasado. Al igual que la extraña aparición de Linda (Mary Steenburgen), que afecta a Brett de tal modo que le hace dejar su trabajo y tomar una decisión casa definitiva: "No somos buenos el uno para el otro en este momento". Y digo casi definitiva porque después de un día de playa (lo que comenzó en la playa en el Piloto terminó en la playa en la season finale) y de las sabias palabras de Alex antes de su viaje ("Creo que necesitas dirigir parte de esta positividad hacia Michelle") Brett parece que está dispuesto a recuperar lo perdido. O no. Que el coche podría dirigirse a cualquier sitio antes que a ese hotel en el que se daría de bruces con la nueva realidad, creada a través de una no tan inocente hoja de papel que se pasa por debajo de la puerta.
'Togetherness' cierra su notable primera temporada dejando claro que la madurez no significa estabilidad. Y ni mucho menos felicidad. El año que viene haremos frente a las consecuencias de los actos que han tomado los cuatro protagonistas, y comprobaremos si han sido, o no, acertadas.

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