Para tranquilidad de los padres y el buen funcionamiento de una guardería, es interesante que el centro cumpla una serie de normas, éstas garantizarán que el espacio en el que se encuentran los pequeños esté adaptado a las necesidades psicológicas, cognitivas y motrices, facilitando el correcto desarrollo y eliminando el riesgo de posibles accidentes. Por otro lado, un espacio adecuado permite a los profesionales llevar a cabo sus proyectos educativos y actividades correctamente.
Gracias a Mª Ángeles Miranda, una auditora de riesgos infantiles, podemos conocer con precisión las normas que una guardería debe cumplir, diez puntos que la profesional tiene en cuenta a la hora de evaluar los centros que visita. Esta profesional también se encarga de proporcionar las herramientas y la información necesaria a las guarderías para que estos centros sean seguros y cuenten con la certificación oportuna que lo acredite.
A continuación os transcribimos las 10 normas para una guardería segura:
1. Zona de seguridad infantil: Es aquel espacio comprendido entre el suelo y 1,20 m de altura de toda la instalación y los accesos (incluyendo la zona de tránsito y la de uso habitual), donde no deben existir elementos peligrosos accesibles a los niños o que puedan causar daño físico o psíquico.
2. Accesos: la delimitación del centro y el control de accesos debe preservar la seguridad de los menores, protegiéndolos de extraños y de elementos que puedan causarle un accidente. (Por ejemplo, las vallas delimitadoras de los centros en pocos casos se encuentran reguladas por decretos, podemos encontrar desde vallas escalables, o con una distancia entre barrotes superior a los 10 cm, lo que pude causar que el menor introduzca la cabeza entre ellos).
3. Instalaciones generales. Bajo esta denominación podemos englobar los siguientes apartados:
a. Suelos: ligeramente blandos, en función de las necesidades que requieran las actividades que se realizan en cada espacio se aumentará el nivel de amortiguación de los mismos. (Por ejemplo: no es lo mismo la actividad de los rincones en el aula, que la psicomotricidad o el suelo existente bajo un tobogán).
b. Paredes: teniendo en cuenta el desarrollo de las habilidades motrices hasta la consecución de las mismas, las caídas y los golpes son constantes, por lo que se deben proteger de forma que se minimicen las consecuencias de dichas caídas.
c. Puertas: en función del espacio al que derivan, éstas deben evitar la accesibilidad a la manipulación infantil, lesiones por atrapamiento de extremidades o por golpes contra vidrios, heridas y cortes a consecuencia de la rotura de vidrios y facilitar el acceso del adulto en caso de emergencia (por ejemplo, he encontrado en escuelas infantiles que las puertas de acceso al aula eras inaccesible a los menores, ya que la maneta se había situado de forma correcta a 1,40 m de altura y las que daban acceso a los espacios como cocina o limpieza y situadas en la zona de tránsito infantil eras totalmente accesibles).
d. Ventanas:inaccesibles a la manipulación infantil, no solo a su apertura, también a su hoja si esta permanece abierta y evitar siempre la disposición de los equipamientos de forma que no facilite la escalada. (Por ejemplo en la zona de sueño, la disposición de las cunas nunca deben situarse debajo de una ventana, ya que la altura del niño cuando se pone de pie en ésta la hace accesible, estos problemas son de base de proyección y construcción del centro).
e. Escaleras y desniveles: todos los desniveles deben ser salvables para los niños que acoge la escuela infantil, el resto debe estar delimitado e inaccesible a la manipulación infantil.
f. Enchufes: los que no se sitúen por encima de la zona de seguridad, deben disponer de protecciones infantiles, en ningún caso pueden ser accesibles a los menores, pero no debemos olvidar que todos los dispositivos electrónicos y los cables derivados también deben situarse por encima de esa zona.
4. Instalaciones especificas: totalmente accesibles, espacios conectados (asistenciales y de actividades) con las características de:
a. Visuales: atender una necesidad básica en particular no debe implicar la pérdida de contacto visual con el grupo en general.
b. Específicos: deben existir espacios diferenciados y adaptados para cada asistencia concreta y para actividad programada.
c. Polivalentes: espacios preparados a acoger a niños de diferente nivel y con distintas necesidades.
5. Equipamientos: los elementos que componen una escuela infantil, sea cual sea su utilidad (asistencial, lúdica y/o educativa) deben ser específicos para el desarrollo de su función, adaptados a las destrezas y habilidades de los niños, a sus medidas antropométricas y cumplir con las normativas vigentes. No se puede incluir equipamiento que no esté estrictamente pensado para los menores a los que va destinado y por supuesto jamás permitir la entrada de objetos desde el exterior que, con muy buena fe por parte de las familias, puede suponer un riesgo para uno o el resto de menores. (Por ejemplo juguetes que no tengan el marcado CE, peluches, piscinas, etc.)
6. Evaluación/auditoria de riesgos infantiles: ni con el estricto cumplimiento de todas las normativas y decretos vigentes se asegura una instalación adaptada y segura. Las herramientas que a nivel organizativo y de gestión, la planificación del mantenimiento, la prevención eficaz y concreta, solo lo ofrecen las evaluaciones de riesgo infantiles realizadas por profesionales y el derivado informe con las soluciones precisas en función de la prioridad del riesgo.
7. Gestión del mantenimiento: la mayoría de lesiones que ocurren en un centro infantil son derivadas de un ineficaz o nulo plan de mantenimiento. Lo que ocurre en ocasiones es que se destina la partida presupuestaria a un lavado de imagen obviando las prioridades en función del riesgo que determina el informe derivado de las evaluaciones.
8. Formación: el personal del centro infantil debe recibir formación de prevención de riesgos, y esta cultura preventiva es inusual, ya que se le da más importancia a los primeros auxilios (que también deben formarse), antes que a evitar llegar a estos últimos.
9. Emergencias: un Plan de Autoprotección debe contar con la implicación de todo el personal del centro, éste se debe diseñar bajo los preceptos de probables emergencias y siempre en función de las características de los niños. Aún de obligado cumplimiento, son muchas las escuelas infantiles de gestión pública que carecen del Plan de Autoprotección.
10. Vía pública: no puede quedar exenta de una auditoria vial. Los entornos escolares deben tener en cuenta las necesidades de los menores y de sus familias, como por ejemplo que todos los niños deben ir en un SRI homologado a su peso y talla y para ello necesitan espacios exteriores donde poder realizar esta acción de forma segura y adecuada. Asimismo, los espacios públicos deben contar con señalización que informen a los conductores que se encuentran en un espacio frecuentado por menores y actuar en consecuencia.
Como podemos comprobar, no son normas complicadas, seguramente más de un padre ha detectado alguna deficiencia relacionada con los puntos que cita la profesional. Queremos destacar un punto interesante, la auditora explica que aún cumpliendo los decretos y normativas actuales, se puede asegurar que una guardería esté perfectamente adaptada y sea segura, es necesario evaluar cada centro de forma individual para encontrar soluciones que se adapten específicamente a cada espacio, de este modo los riesgos se reducen significativamente.
Foto | Pavel Losevsky
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Normas que una guardería debe cumplir