Cuando decidimos viajar a Marrakech ampliamos nuestra estancia en la ciudad un día para poder visitar Essaouira, una de las ciudades más atractivas de toda la costa atlántica marroquí.Al ser una de las excursiones típicas que se realizan desde Marrakech, podremos elegir entre las diferentes ofertas que se ofrecen en función de nuestro interés y presupuesto. Tenemos desde excursiones organizadas en grupo, autobuses que ofrecen sólo el servicio de transporte hasta taxis privados.
Si decidís hacer esta excursión en grupos organizados os aconsejamos que os acerquéis a la animada calle Prince my Rachid junto a Jemaa el Fna donde abundan las agencias de viajes locales que ofrecen esta excursión ahorrando bastantes dirhams respecto al precio que ofrecen en los hoteles.
Desde la estación de autobuses de Marrakech parten cada día un par de agencias locales de transportes - Supratours y CTM - que realizan el trayecto Marrakech - Essaouira. Los billetes de autobús no se pueden adquirir previamente por internet, así que, si elegís esta opción tendréis que acercaros hasta las oficinas que tienen por varios lugares de la ciudad. Ambas compañías tardan unas 3 horas en realizar el recorrido, siendo Supratours la que ofrece mayor frecuencia y variedad de horarios durante todo el día. El precio ida y vuelta son 300dh.
Después de leer varias opiniones de viajeros, optamos por la opción de taxi privado y antes de llegar a Marrakech habíamos solicitado presupuesto a la misma agencia que le contratamos el traslado aeropuerto - hotel - aeropuerto que nos ofreció el servicio por la friolera de 1600dh!!!
Así que no nos quedó otra que utilizar nuestro arte con el regateo con el conductor que nos llevó al hotel cuando aterrizamos en Marrakech y aunque por momentos parecía que no lo íbamos a conseguir, acabamos cerrando el servicio de transporte privado a nuestra disposición durante todo el día por 800dh, así que por unos 19 euros de diferencia respecto al autobús preferíamos optar por la libertad de movimientos y evitar las típicas paradas que realizan en cooperativas para hacer compras...
Puntuales salimos a recepción donde nos espera nuestro chófer para empezar a recorrer los 180 kilómetros que nos separan de Essaouira.
Nada más salir del hotel vemos que la fuerte tormenta que cayó anoche ha dejado la ciudad sumida en un auténtico caos.
Conforme nos vamos alejando de Marrakech, nos adentramos en el Marruecos más rural donde los campos de cultivo y los pequeños pueblos junto a grandes explanadas desérticas nos acompañan durante todo el trayecto.
Después de poco más de dos horas de trayecto paramos a tomar un café y aprovechamos para disfrutar de las vistas de Essaouira que tenemos desde el mirador.
Essaouira es un bonito pueblo pesquero de unos 70.000 habitantes donde sus playas atraen a surfistas, artistas, hippies... Su medina fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2001 por la UNESCO.
Junto a una de las puertas de acceso a la medina tenemos un plano que nos ayuda a situarnos, pero, una vez pasamos la puerta lo mejor es cerrar el plano y la guía y callejear sin rumbo.
Sus animadas calles están repletas de puestos de venta de especies, comida, ropa...
... nos puede la curiosidad y enseguida dejamos la amplia calle principal para adentrarnos en el laberinto de callejuelas donde encontramos rincones llenos de encanto.
Resulta muy agradable pasear tranquilamente por sus adoquinadas calles repletas de cafés, restaurantes, galerías y tiendas de artesanía.
Hacemos una parada para disfrutar de un exquisito té con menta (20dh) en un ambiente único que invita a relajarse y disfrutar del momento.
Seguimos con este agradable paseo hasta llegar a uno de los extremos de la medina desde donde podemos disfrutar de unas imágenes impresionantes del Atlántico chocando contra las murallas de Essaouira!
Que maravilla sentir la brisa del mar mientras observamos el ir y venir de este precioso pueblo...
Al otro extremo se encuentra el puerto pesquero de Essaouria y este lugar nos deja una imagen que parece sacada de postal!
Seguimos paseando por una zona del zoco donde se concentran la mayoría de las galerías de arte y artesanos de alfombras, donde se pueden encontrar verdaderas obras de arte que inundan las callejuelas de color!
El paseo es tan agradable que cuando nos queremos dar cuenta nos encontramos en el puerto pesquero que nos deja una romántica estampa donde predomina el color azul de sus pequeñas barcas de pesca.
En esta zona de Essaouira se esconde el mejor rincón de la ciudad, tras pagar 10dh pasamos la puerta de la fortaleza sin ser conscientes del momento mágico que nos esperaba...
...estamos solos, nuestros únicas compañeras de viaje son las gaviotas que revolotean y que tienen el privilegio de disfrutar de este lugar todos los días...
Que afortunados somos de poder disfrutar de la fortaleza que construyeron los portugueses en 1506, utilizada posteriormente por los piratas como moradas desde donde sembraron el terror!
Esperamos no olvidar nunca las vistas que tenemos desde una de las torres de vigilancia. Sin lugar a dudas, un momento mágico de esta aventura!
Nos está gustando tanto Essaouira que no hemos parado y va siendo hora de sucumbir a la tradición de sentarte a degustar una parrillada - mariscada en los puestos de pescado que hay junto al puerto pesquero.
Los diferentes puestos ofrecen una gran variedad de pescados y mariscos, una vez que tenemos claro donde nos queremos sentar, elegimos todo lo que nos apetece comer y empezamos con el arte del regateo, sí aquí se regatea en todo!!
Disfrutamos de una copiosa comida con unas vistas incomparables por 200dh.
Con las barrigas bien llenas vamos a dar un último paseo por las calles de Essaouira!
Paramos en la pastelería Maalem Driss, la más antigua de la ciudad (1928) y disfrutamos de un té a la menta y unos dulces típicos (17dh) mientras intercambiamos impresiones de nuestra aventura marroquí.
No hay mejor manera de terminar nuestra visita a Essaouira que ver atardecer desde la playa y pasear por su amplio paseo marítimo hasta el parking donde nos espera nuestro chófer.
El trayecto de vuelta a casa se nos hace un poco pesado, pero, aprovechamos para leer un rato y planificar nuestro último día en Marrakech.
En este momento, todavía no éramos conscientes que Marrakech nos tenía guardado el mejor atardecer del mundo, lleno de magia, misticismo, romanticismo....
- entrada anterior: Callejeando por Marrakech