No puedo evitar sentir satisfacción de ver la abdicación del rey, algo que he estado esperando desde que tengo uso de razón. Satisfacción de ver a un privilegiado caer humillado hasta el cieno y arrastrarse con el rabo entre las piernas, para desaparecer de la imagen pública y darse un retiro en algún país donde sea legal cazar elefantes y hacer todas esas cosas que solo se permiten hacer allí...
Adiós ahijado de Franco, no olvides llevarte a los tuyos contigo que aquí queremos justicia y democracia, aquí queremos de una vez la República.
Es hora de hacer un referéndum y que la población vote si quiere o no realeza, y sea el pueblo el soberano y no al revés, porque el totalitarismo debe ser eliminado de una vez por todos.
Con el tambaleo del bipartidismo y la eliminación de la realeza, puede que al fin estemos en el camino correcto y se concrete el paso a una democracia real y verdadera.
Rubén Jiménez Triguero