Revista Cultura y Ocio
[NOTA] Pablo Alborán: un defensor de la sencillez
Publicado el 11 junio 2016 por Marta @muyalboranistaEstratégicamente acomodadas en las esquinas del Gran Rex, las voluntarias del fans club reparten un anillo luminoso. Como una “alianza” de plástico que sellará el simbólico compromiso de cada una con el músico. La temperatura roza los ceros. No importa ninguna cepa de la gripe amenazante si se trata de honrar al tótem. “Haces que mi alma se despierte con tu luz”, se lee multiplicada la frase del hit, impresa en remeras, almohadas y mates. Canta el español Pablo Alborán en la Argentina, y más de uno se pregunta, quién es este "pastorcito" que nos viene a hablar de luz en medio del tarifazo.
Alborán, malagueño, 27 años, hace pop, pop-flamenco y otras cuantas mixturas, basadas en una sólida formación musical desde los siete años (piano, guitarra y canto lírico). Dejó de ser “pichón de Alejandro Sanz” para imponer su marca. Como un anti-Justin Bieber: creció escuchando a Paco de Lucía y Charles Aznavour, cultiva el perfil bajo, y salpica sus temas con paso doble, bolero, folclore napolitano y tango, sin dejar de lado las reglas del mercado.
En la Argentina Alborán irrumpió en 2011 gracias a la telenovela de Pablo Echarri, "El elegido". "Solamente tú", su tema anzuelo, musicalizaba las escenas románticas de Echarri y Paola Krum y fue la entrada para cantar luego en el Gran Rex, en el Ópera y el Luna Park. Este fue su cuarto show en Buenos Aires.
Seis músicos, dos horas de show, más de 20 temas. El "Tour Terral" que lo llevó hasta Rosario y Córdoba, es un prolijo espectáculo en el que más que una cara bonita, Moreno de Alborán Ferrándiz -así se llama en verdad- muestra armas: toca caja, piano, guitarra, no defrauda en voz. No hay cambios de vestuario, no hay vestuario sexy. Austeridad en el andar, como para que quede claro que este muchachito -que cantó con Abel Pintos ayer- basa sus presentaciones en lo que sabe hacer y no en lo que sabe vender.
Del desgarro amoroso a la fiesta folclórica, el espectáculo despliega distintas intensidades y cierra con las lágrimas del protagonista, cuando él mismo toma conciencia de que la Argentina no es un territorio a conquistar, sino una tierra ya conquistada. Por eso se atreve a un tango suyo, "Entre un compás" ("Buenos Aires, aire fresco/ que se enreda con tu pelo/ Buenos Aires, aire nuevo/ que deshace mi lamento". Alborán tiene futuro.
Fuente: Clarín.