UN CUENTO DE ENFERMERA. Louisa May Alcott
Un entretenimiento, principalmente, que tras varios coqueteos con lo folletinesco acaba por llevárselo a la cama para darse un revolcón con él. Con los estereotipos de los que partía –joven pobre y guapa trabajando para una familia rica pero infeliz, frente a un pariente de atractivo mefistofélico–, era fácil caer en ello. Lo mejor: su protagonista, una mujer fuerte a pesar de sus circunstancias, y retratada con realismo por la pluma a veces demasiado amable de Alcott. Lo peor: el tratamiento de los capítulos finales, que no el final (otro me hubiera defraudado demasiado). Hay una cierta tendencia a caer del lado sentimental y melodramático que, personalmente, ayuda a desinflar mi interés. ¿Me ha disgustado? No, pero me ha resultado insuficiente.Para maridar con: quienes gusten de la novela de intriga con tintes góticos y románticos. EL ARMARIO DE LA GINEBRA. Leslie Jamison
No es el qué, es el cómo. Historias de alcoholismo hay muchas, eso no es original. Familias desestructuradas, secretos dolorosos, fracasos y traumas para atormentar. Vidas erráticas que buscan el hilo de Ariadna para salir de su laberinto. No es nuevo, no. Está ahí, formando parte de lo cotidiano. Pulsiones, compulsiones. Todos estamos hechos de ellas, todos guardamos migajas de frustración y búsquedas, a veces sin sentido, en nuestros bolsillos. Nos construimos con ello, o a pesar de ello, o por encima de ello. O nos destruimos. La vida no es justa, el mundo no es justo; nosotros tampoco somos justos. Pero hay que vivir o, al menos, existir. Manoteamos para no ahogarnos en medio de una existencia de la que no somos conscientes de haber escogido, en qué momento, por qué.Ésta ha sido mi lectura del mes: este recuento de seres perdidos, de ataduras del pasado, de enigmas que se esconden de uno mismo. A veces dura, a veces lírica, a veces da un paso de más. Quizá porque había puesto muchas expectativas, al terminar sentí que le faltaba algo. Solo al cabo de los días me di cuenta de lo que era: mi objetividad. Así que la he recogido para ponerla en su lugar y, ahora, se ve más. Con toda su poesía de la realidad. Bella, oscura y dolorosa. Para maridar con: quienes no teman caminar por el lado amargo de la vida cotidiana. EL ARTE DE LA NOVELA. Milan Kundera
Este compendio de pequeños ensayos que, en principio, no fueron escritos como ensayos, no es un estudio canónico sobre la entidad de la novela, ni una lección sobre cómo escribirla sino, más bien, una visión sobre cómo enfrentarse a ella. A partir de siete pequeños escritos diferentes, interconectados con el tema común de la novela, Kundera nos introduce en su manera de entenderla y escribirla. Un discurso, una entrevista, un glosario personal… Su mundo novelístico interpretado por él mismo. Para acercarnos a él. Para comprenderlo un poco mejor. Para aprender, siempre.Para maridar con: curiosos de la teoría literaria, de la arquitectura de las letras y, en particular, de los lectores de Milan Kundera. AROMAS DEL ATARDECER. Pilar Lou Martín
Aromas entremezclados en este ramillete de relatos de diferentes texturas y colores, algunos más intensos y otros diluidos en el conjunto final. Bajo la pátina gris de la tristeza, hay pequeñas piezas teñidas de lirismo, conmovedoras; la autora también escribe poesía y se nota. Un poco de humor para alternar, se me escapa una sonrisa. Diría que les falta un afinado, algo menos de ingenuidad aquí y allá. De tanto en tanto, un destello que podría contener una promesa. No es redondo, las aristas están por despuntar, pero no deja mal sabor de boca.Para maridar con: lectores todoterreno dispuestos a aventurarse por las letras.EL CASO DE LA MANO PERDIDA. Fernando Roye
Últimamente me estoy encontrando libros que me devuelven mi perdida relación con la novela policíaca. Aún no está restituida del todo y soy consciente de todo lo que me he estado perdiendo pero, mientras se va restableciendo poco a poco, estas lecturas son hitos de lo más satisfactorio. Lo mejor de esta novela no es la intriga en sí misma, sino el tratamiento: cómo va envolviendo una trama que podría ser previsible con las situaciones, la atmósfera y, sobre todo, los personajes. Si algo me ha gustado especialmente ha sido el movimiento y la caracterización de los personajes, como el protagonista: ese tipo hosco y lleno de imperfecciones que, a pesar de todo, me cae simpático. Y ese punto de memoria histórica que, aunque reciente, sólo hemos vividos de labios de nuestros mayores. A la manera del sargento Carmelo, se hace notar con los hechos más que con las palabras.Para maridar con: quien guste de de las historias amenas y los misterios peculiares.
* ¡Gracias, Sinerrata, por presentarme a Carmelo Domínguez!LAS VIDAS DE EVA. V.V. A.A.Una antología de relatos suele adolecer de falta de regularidad pero, cuando los relatos recogidos pertenecen a distintos autores, uno espera que la selección haya escogido las piezas mejores. Claro que, si los autores son de diferente nivel, las piezas cobradas también lo serán. Si a esto se le añade que alguna se haya introducido con calzador, tenemos la diversidad asegurada. Aquí, para empezar, hay algún no-cuento tramposo (que mencioné hace unos días) y las trampas, cuando las encuentro (la ignorancia y el despiste me hacen pasar muchas por alto), me desazonan e irritan. Son varias las autoras que pretenden ilustrar un viaje por las etapas de la vida de la mujer y algunas lo consiguen con más o menos acierto, otras no aportan gran cosa a lo que ya se ha dicho antes de mejor manera. Son historias que se dejan leer, algunas con placer, aunque no me marcarán. Me quedo con la última, “La loca que hay en mí” de Nuria Amat, y la sensación desalentada.Para maridar con: interesados en las mujeres y sus circunstancias, en las letras femeninas y quienes gusten de comparativas.
¿Y vuestro año lector qué tal ha empezado?