Revista Arte

Notas el cuerpo y lo público

Por Magalli

sobre cómo ver al cuerpo en el espacio público

El trabajo de arte público que realizo aborda dos aspectos principales:
El primero: la reivindicación de lo corporal.
Como tal, el cuerpo ha sido rechazado por representar lo orgánico, lo imperfecto; ha sido desdeñado por ser aquello que está destinado a morir (Le Bretón, 2007). Por ejemplo, se le ha dividido en zonas que pueden ser visibles –al grado de la veneración- o, en aquellas partes que ni siquiera pueden ser mencionadas, – arraigadas en el tabú-.

Tanto la exaltación como la negación invalidan al concepto de lo corporal como algo múltiple que es presencia (es presente). La consecuencia es procrastinar esa construcción y reproducir, una y otra vez, al cuerpo-modificado para ajustarlo a los cánones impuestos por una moda de determinada época; cuerpo-transformado producido por la perversión mediática, que contempla un ideal efímero, hasta sospechoso, de belleza; o, cuerpo-mutilado por considerárselo indigno de placer, etcétera.

El segundo: la re-significación del espacio público.

Sus usos están determinados básicamente por las relaciones de poder entre instituciones y entre personas. Las primeras son quienes dictan las reglas de esta coexistencia: cómo hemos de comportarnos, en qué horarios e, incluso, las dimensiones de construcción de los lugares en donde trabajamos, habitamos o jugamos… Dentro de ese discurso, tener mejores controles “se justifica” para que la sociedad sea “beneficiada” de ese “vivir en el progreso”; y, pese a que este argumento oficialista se ha dicho por generaciones, los usuarios y los habitantes de la ciudad, se han visto impulsados por sus propias necesidades a alterar y reajustar los usos establecidos, re-significando los lugares y, con ello, las mismas relaciones humanas.

Maga Salazar(2013)
 


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