Pues ha tenido que venir mi queridísima hermana L, en el mismo día en que -ejem- ella descubría a los ya clásicos The Divine Comedy, a descubrirme a mí la existencia de esta maravilla que responde al nombre de Cigarettes After Sex. Madre mía, menuda revelación. Qué cosa más bonita, y qué yuyu da pensar la cantidad de grupos sublimes y canciones increíbles que habrá por ahí, desperdigados en cuentas de soundcloud con menos visitas aún que este blog, en páginas de bandcamp en las que la gente no entra ni de casualidad… Las mejores canciones, estoy seguro, nunca llegarán a los medios importantes y nos quedaremos sin escucharlas, pero la frustación que produce saber que nos las estamos perdiendo se compensa de alguna forma con el delicioso temblor que supone toparte con una joya así, y empezar a desenterrar, y darte cuenta de que el brillo que atrajo tu mirada es tan sólo el destello de una parte -muy pequeña- de un tesoro inmenso.
No exagero. Ya sé que la moderación no es mi fuerte, pero creedme que esta vez es de las que tengo razón, y tengo razón, y tengo razón, y cuando acabéis de leer este texto y le deis al botón , vais a decir: “mecachis, esta vez el muy capullo tenía razón”. Vamos a ver quiénes son estos Cigarettes After Sex, un grupo del que no existe -de momento- demasiada información, pero que en un mundo medianamente justo debería alcanzar, como poco, el reconocimiento que otorgamos a Trespassers William o House Of Wolves. Bueno, no, más reconocimiento aún, que he dicho en un mundo medianamente justo, y los grupazos de Anna-Lynne Williams y Rey Villalobos están muy lejos de ser valorados como merecen.
Los nombres con los que se cierra el párrafo anterior no son sólo claros ejemplos de joyas escondidas, también constituyen un buen punto de partida para fijar las coordenadas en las que se mueve la música de esta banda de Brooklyn que tan arrebatado me tiene. De momento, como decía antes, sólo son cinco canciones (cuatro en un primer EP, titulado con el muy escueto nombre de “I“, y desde hace muy poco un nuevo tema con el que anuncian el segundo EP, titulado consecuentemente “II“) que podríamos etiquetar como slowcore sin temor a equivocarnos. Que nadie espere, no obstante, guitarrazos al borde del precipicio: la música de Cigarettes After Sex se mueve en el terreno de lo sutil, de los susurros que conmueven como espadas, y del sonido de las escobillas abollando nuestro corazón en el lugar que suelen ocupar los bombos.
De momento, vamos a abrir boca con este que es el “gran éxito” (da hasta pena llamarlo así) del quinteto que lidera Greg Gonzalez: grabada como las restantes canciones del EP en un estudio de El Paso (Texas), la hermosísima “Nothing’s Gonna Hurt You Baby” va a dejar helados a los que encontraron un día la belleza en las madrugadas escarchadas de Julee Cruise, Red House Painters, Cocteau Twins o los Yo La Tengo de “And Then Nothing Turned Itself Inside-Out“, y pondrá a más de uno a buscar todo lo relacionado con este (pequeño) gran grupo. Sorprende el pulso con el que cada cosa suena en su lugar, la densidad del aire que se percibe entre los instrumentos (qué bien producido está esto, qué bien), la caligrafía exquisita con que los de Brooklyn escriben su nombre en los márgenes. ¡Un millón de gracias por este maravilloso regalo, L! ¡Hvala, I! No ignoraba que el robusto tronco de “Fade Into You” (Mazzy Star) había alcanzado la estatura de lo legendario, pero apenas alcanzaba a imaginar lo hermosas que pueden llegar a ser sus ramificaciones.
“Whispered something in your ear
It was a perverted thing to say
But I said it anyway
Made you smile & look away
Nothing’s gonna hurt you baby
As long as you’re with me you’ll be just fine
Nothing’s gonna hurt you baby
Nothing’s gonna take you from my side
When we dance in my living room
To that silly ’90s R&B
When we have a drink or three
Always ends in a hazy shower scene
When we’re laughing in the microphone & singing
With our sunglasses on to our favorite songs”